miércoles, 10 de noviembre de 2010
Vargas Llosa: miseria moral del premio Nobel
En diversas ocasiones ha sido acusado de traficar con los pagos de impuestos y hasta de plagio. Esta vinculado al Opus Dei, y está unido a los saurios políticos del Perú
José Carlos Mariategui decía en 1926 que la literatura colonial no era peruana, era española. Parafraseando a este pensador, es seguro que la literatura de Mario Vargas Llosa, no es peruana, es extranjera, pertenece a las grandes metrópolis imperialistas. La trayectoria de este escritor, es vasta y diversa, pero ella no tiene, como decía Mariategui, una “fe apasionada y creadora, es puro diletantismo”. Su vocación es política y ella acumula una extensa trayectoria que tiene poco que ver con el talento y la creación literaria.
Este escritor es reaccionario, y practica un anticomunismo primario. Su defensa del liberalismo es ciega, fanática y lo hace desde posiciones de extrema derecha. Sus pretensiones personales no tienen límites ni fronteras. En 1960 apoyó la revolución de Fidel Castro con la ambición de convertirse en un personaje de renombre de este proceso, y cuando vio truncada su aspiración, se convirtió en un feroz anticubano. En 1983 se hizo pasar como defensor de los derechos humanos en Ayacucho, y acabo de lado de los militares criminales. Hacer como hace Vargas Llosa, usar los elementos, que resultan de un aconteciendo histórico social para favorecer la represión y el crimen, es convertir la literatura en una paráfrasis oscurantista.
Dividir arbitrariamente la condición de escritor y la actitud cívica de un hombre, es pretender negar la relación entre la moral y la ética en la practica del ser humano cualquiera sea su actividad en la sociedad. La más avanzada expresión de talento individual no puede estar exenta de los hechos primordiales que rodean su tiempo, y extenderse al interior de las aspiraciones de justicia de la humanidad. La literatura, la poesía y otras formas del arte reflejan una realidad concreta, y ella exterioriza de una u otra forma, los conflictos sociales fundamentales que el escritor, ya como autor u observador, vive cotidianamente. La literatura, cualquiera sea su genero, tiene una dimensión clasista, y ella puede ser lucida o perversa, pero fuera del contexto de la lucha por la libertad, y la democracia, resulta antiestética, inmoral y grotesca.
El arte por el arte, sin contenido social, es una invención de la propaganda burguesa y de los mecanismos de dominación que los grupos de poder imponen a la sociedad. El más inocente texto, incluyendo la novela cursi (ficción o realidad), tiene un contenido ideológico. Esta condicionada por la lucha de clases, y expresa su posición frente a la sociedad actual. La burguesía, de la misma manera que los antiguos colonizadores, no solo domina la economía, la política, y el aparato militar, sino también la ideología y la cultura. Para este fin fomentan premios elitistas, compran escritores y prostituyen la creación intelectual.
En el terreno de la alienación cultural de los pueblos, escritores como Mario Vargas Llosa son útiles y se insertan en el aparato de dominación del sistema imperialista mundial. Por ello, y dado el momento de crisis internacional del capitalismo, con guerras imperialistas, bancarrota de bancos, millones de desocupados, y significativas resistencias populares en todo el mundo, no resulta una casualidad que la Comisión del Premio Nobel haya entregado este pergamino nada menos que al escritor Mario Vargas Llosa. Que en el campo político, representa las fuerzas mas derechistas y fascistoides del espectro político de Europa, Estados Unidos y América Latina.
A propósito de este hecho, el derechista diario ABC de España ha titulado, Mario Vargas Llosa “Nobel del orgullo hispánico”. Alan García Pérez actual presidente del Perú, señaló: “Un gran día, porque el mundo reconoce así la preclara inteligencia y la voluntad libertaria y democrática de Mario Vargas Llosa”, El parlamento peruano, un latrocinio de la corrupción, hizo público su saludo al laureado escritor. La Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos, anunció que Vargas Llosa, es un “maestro del idioma español”, y que éste es “amigo” de EE.UU. Y así sin fin, han llovido los parabienes y saludos para este escritor peruano. Hasta Carlos Alberto Montaner, anticubano y conocido agente de la CIA norteamericana expresó su felicidad por la decisión de la Academia Sueca.
El Nobel para Vargas Llosa es la recompensa al escritor servil convertido en símbolo cultural de la decadente burguesía internacional. Si el Nobel de la Paz para Barak Obama en el 2009 confirmó el descrédito de este premio, el que se acaba de entregar a Vargas Llosa es otra forma de mostrar la recompensa que reciben escritores cómplices de abominables masacres, invasiones militares y violaciones de los derechos humanos. Este escritor ha respaldado la brutal agresión imperialista contra Irak, que según la empresa británica Opinión Research Business, hasta setiembre del 2007 había causado 1,2 millones de personas muertas por la invasión militar.
Entre el 25 de junio y julio del 2003, Vargas Llosa viajó a Irak por cuenta de los invasores. Ahí, bajo la protección de las fuerzas militares de los Estados Unidos, escribió una serie de artículos nauseabundos con el propósito de justificar la masacre y la invasión a nombre de la democracia y de la libertad. Estos texto, que nada tienen que envidiar a los reporteros nazis en la segunda guerra mundial, están repletos de falsedades y señalan, entre otras cosas, que todo el sufrimiento que la acción armada (invasora) ha inflingido al pueblo iraquí es pequeño comparado con el horror que vivió bajo Sadam Husein. “Ahora, por primera vez en su larga historia”, dijo este escribiente, Irak tiene la posibilidad de “romper el círculo vicioso de dictadura tras dictadura en que ha vivido y, como Alemania y Japón al terminar la segunda guerra mundial- inaugurar una nueva etapa, asumiendo la cultura de la libertad...”
Mario Vargas Llosa, con la misma fibra inescrupulosa que ha sostenido los abominables crímenes imperialistas, se ha relacionado con los personajes mas ultraderechista de Europa. Se siente cerca del franquista José María Aznar de España, y de François Revel, ideólogo neofascista que defiende "aspectos positivos” de la colaboración durante la segunda guerra mundial entre el Gobierno francés y Adolfo Hitler. En Chile apoya al derechista presidente Sebastián Piñera, en Colombia ha defendido a Álvaro Uribe (ex presidente de este país), un personaje ligado al narcotráfico internacional y testaferro de los Estados Unidos. Vargas Llosa ha dicho: “Yo creo que Uribe ha sido un magnífico presidente; que, haciendo las sumas y las restas, su gobierno va a quedar como uno de los grandes de la historia de Colombia”. Públicamente se declara un “defensor” del gobierno de Alan García, un presidente corrupto y represivo. Sobre él pesan aún serias denuncias sobre corrupción, organización de grupos paramilitares, matanzas masivas de prisioneros en 1986, y recientes masacres de campesinos en la selva peruana. Vargas Llosa, refiriéndose a García Pérez, ha dicho “soy una persona que defiende su segundo gobierno”.
Perú, como ningún otro país, es testigo de la miseria moral del escritor Vargas Llosa. Aquí ha sido cómplice de los grupos de poder, de los gobiernos corrompidos y de las criminales fuerzas armadas. En diversas ocasiones ha sido acusado de traficar con los pagos de impuestos y hasta de plagio. Esta vinculado al Opus Dei de este país, y está unido a los saurios políticos del Perú. En 1990, como candidato presidencial, fue líder del FREDEMO (Frente Democrático) que congregó entre otros al Partido Popular Cristiano y Acción Popular, dos organizaciones de la derecha que son responsables históricos de la bancarrota y ruina de la sociedad peruana.
Pero su más sobresaliente prueba de complicidad con crímenes organizados desde el Estado, es el caso Uchuraccay. En 1983 por decisión del gobierno de Fernando Belaúnde fue designado a la cabeza de una comisión para “investigar” la masacre de Uchuraccay, una comunidad andina ubicada en el departamento de Ayacucho, donde fueron asesinados salvajemente 8 periodistas y un guía ayacuchano. La matanza fue ejecutada por la Ronda Campesina de esta comunidad, organización que dependía del Comando Militar de la Zona que en ese tiempo estaba dirigida por el general Clemente Noel, un militar acusado de crímenes de guerra. Noel fue el que estableció en Ayacucho prisiones clandestinas, donde centenas de prisioneros acusados de subversivos fueron torturados, mutilados y desaparecidos.
Hasta ahora ningún peruano olvida el “informe Uchuraccay Vargas Llosa”. Su versión vergonzosa fue en lo fundamental para proteger al general Noel, a los militares, al gobierno y a las criminales rondas campesinas. Al final, como si se trataría del ultimo párrafo de una novela, dijo “todos somos culpables”. Luis Morales, un periodista de El Diario, que después seria asesinado por un comando paramilitar del gobierno, escribió en 1985 en torno a Vargas Llosa y su comisión. “Toda la patraña de la Comisión Vargas Llosa es puesta al desnudo por los indignados familiares de los periodistas victimados. Ponen en claro que para lo único que ha servido esta Comisión, ha sido para entorpecer calculadamente las investigaciones, para impedir el veraz esclarecimiento de los hechos, el juzgamiento de los verdaderos culpables y para que el escritor Vargas Llosa lucre en provecho personal y gane dinero a costa de los cadáveres de los periodistas asesinados”. (El Diario, 8 de marzo 1985).
La Haine
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