lunes, 31 de enero de 2011
La Justicia ya interviene en los casos denunciados en Tunuyán (la relacion con COBOS)
Esta semana, tras varios allanamientos se encontró a 30 personas en condiciones inhumanas en tierras del Ejército y de poderosas empresas. Los vínculos de Cobos con firmas explotadoras
Ayer se encontró a más de 15 personas que estaban en condiciones inhumanas en tierras que son propiedad del Ejército Argentino, ubicadas en el distrito de Campo Los Andes, en Tunuyán, a 100 kilómetros de la capital mendocina. Hombres, mujeres y niños fueron hallados cuando descansaban tras la cosecha de hortalizas para Jorge Biscontín, un arrendatario del Ejército. El allanamiento llevado adelante por el fiscal de esa localidad, Fernando Alcaraz. En esos terrenos funcionó durante la última dictadura militar el centro clandestino de detención El Refugio.
Las tierras son locadas por la firma Biscontín, que a su vez vende el resultado de su cosecha a la empresa Bachiocchi Hnos. SRL, una de las firmas más importantes a nivel provincial en el rubro frutihortícola, y la empresa Gispe del mismo rubro y que pertenece a José Spitalieri, titular además de la Asocam (Asociación de empresarios de ajo de Mendoza). Todas estas firmas ya habían sido sancionadas en varias ocasiones por funcionarios del Ministerio de Trabajo provincial.
El jueves, inspectores hicieron una serie de revisiones en Tunuyán, fuera de los terrenos del Ejército, y registraron a 11 niños trabajando en distintas labores, como haciendo clavado de cajones en un aserradero ubicado en Severo del Castillo, manipulando una sierra circular en una fábrica de Corralito y en una empresa de empaque de ajos y cosecha de tomates en Eugenio Bustos. “Los empresarios fueron notificados del acta y serán multados”, apuntó el ministro de Gobierno, Mario Adaro, en una conferencia de prensa en la que se anunciaron los resultados de los operativos.
Tras la publicación de los casos de trabajo esclavo en Tunuyán, muchas de las carpas instaladas a la vera de la ruta provincial 92 fueron levantadas. El miércoles comenzó a actuar de oficio la fiscal Dra. María Alejandra Obregón, quien luego se desligó de la causa, tomando declaración testimonial a inspectores laborales para que aporten detalles de la situación en la que se encuentran los trabajadores golondrina.
Al conocerse las denuncias de lo que ocurría en terrenos bajo su mando, el general de brigada Luis María Carena llegó hasta el lugar y se reunió con los inspectores laborales. “Se mostró realmente preocupado y se comprometió a rescindir inmediatamente los contratos en caso de comprobarse trabajo inhumano”, señaló a Miradas al Sur una fuente que participó de la reunión. “Además se comprometió a exigir de aquí en adelante un certificado expedido por la Secretaría de Trabajo en la que conste que cada firma que se presente a licitación se encuentre libre de infracciones”, agregó la fuente. Los amigos de Cleto. Pero hay otras empresas emplazadas en Tunuyán, por fuera de Campo Los Andes, que también tienen trabajadores en condiciones inhumanas a pesar de sus obscenas ganancias. Es el caso de Vino Tourism Argentina SRL, una de las firmas vitivínicolas más importantes del país y que actúa bajo el nombre comercial de The Vines of Mendoza. En su momento, durante una inspección, la empresa fue sancionada ya que allí se hallaron 90 trabajadores migrantes viviendo en carpas y sin agua. La firma es gerenciada por la familia Jiménez Riili y un financista estadounidense llamado Michael Evans. Pablo Jiménez Riili es su cara más visible pero también gestionan la empresa sus hermanos. Uno de ellos, Eduardo “Rarro” Jiménez Riili, no sólo es íntimo amigo del vicepresidente Julio Cobos sino que junto a él ha patrocinado las reconocidas carreras que se realizan en tierras de la capital provincial a través de la firma Marathon Runners que ambos integran.
Vino Tourism Argentina es un emprendimiento inmobiliario millonario y está ubicado en el piedemonte de la Cordillera de los Andes, camino al Manzano Histórico, unos de los mejores lugares del mundo para cultivar la vid. En Mendoza, estiman que por poco más de cada hectárea la empresa gana medio millón de pesos. El proyecto que cuenta con inversiones de varios países del mundo le ha dado ganancias por más de 70 millones de dólares en los últimos cinco años a sus dueños. Cuando comenzaron, en 2005, tenían 100 hectáreas, hoy poseen casi 500 y han dividido la tierra en porciones de 2 a cinco acres (un acre equivale a 0, 405 hectárea). Los compradores –que por ahora son todos europeos y norteamericanos– pueden elegir su propia marca y el varietal que quieran y son beneficiados con tres años de mantenimiento en tierras que por año aumentan 10 por ciento su valor.
La familia Jiménez Riili es una de las más patricias de Mendoza. En revistas dedicadas al buen vivir, se los puede ver en sus tradicionales ágapes degustando, según consta en el menú, exquisitas tapas que incluyen capelettis caprese al horno de barro y crocantes de pollo con salsa de miel y mostaza para maridar con un Torrontés 2008. Fuera de sus palacetes, a muy pocos kilómetros de allí, decenas de trabajadores están en condiciones inhumanas trabajando para la firma. En notas realizadas a diversos medios on line, desde la empresa alegan que plata no tienen. Vergüenza tampoco.
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