lunes, 22 de noviembre de 2010

en la causa contra ernestina herrera esperan el cotejo de las muestras de adn: Marcela Noble y la historia de Matilde


Es sorprendente la similitud entre la heredera de la dueña de Clarín y Bárbara Miranda, una mujer asesinada en 1976 en un falso tiroteo. El ataúd vacío de una de sus hijas y las mentiras del diario de Magnetto levantan demasiadas sospechas.
Detrás de un macabro titular publicado en la tapa del diario Clarín el domingo 5 de septiembre de 1976, puede ocultarse una de las claves en torno a la identidad biológica de Marcela Noble Herrera, la hija adoptada de manera irregular por la propietaria del multimedios. Aquel día de 1976, el diario de Herrera de Noble recogía la crónica de un supuesto enfrentamiento que nunca existió –al menos–, en los términos descriptos por el diario: “Tras un prolongado tiroteo, las fuerzas de seguridad abatieron a cinco extremistas que se resistieron a desalojar una finca en San Isidro, donde se realizaba una reunión…” La crónica de Clarín omitía mencionar que tres de los cinco supuestos extremistas abatidos por el Ejército Argentino eran niños en edad preescolar: Roberto tenía cinco años, Bárbara cuatro y Matilde era una beba de apenas seis meses. El destino de esa bebita ha permanecido ligado –durante más de tres décadas–, al misterio que envuelve la identidad de Marcela Noble Herrera.
Doscientos efectivos del Ejército y la policía, equipados con una bazooka y un jeep con ametralladora antiaérea, atacaron la vivienda donde residían los militantes Montoneros, Roberto Lanuscou, su esposa Bárbara Miranda junto a sus tres hijos.
Las acciones comenzaron “a las 21:30 con una continua detonación que finalizó a las dos de la mañana, casi cinco horas después”, recuerda el vecino Marcelo Turdo, que entonces tenía 11 años y se escondió en el baño de su casa ubicada al lado de la vivienda atacada.
Según los relatos de varios testigos presenciales, el enfrentamiento que relata Clarín no fue tal: la inexistencia de impactos de bala en las viviendas de enfrente, en cuyos techos se habían apostado los soldados, demostró que no hubo una resistencia significativa por parte de los ocupantes de la casa ubicada en la esquina de las calles Asunción y Catamarca, de Boulogne.
Según los diarios de la época, el Comando Militar Zona 4 informó que cinco “subversivos” murieron en el intenso enfrentamiento que obligó a los vecinos a llamar a los bomberos voluntarios de San Isidro para sofocar el incendio, pero se les impidió acercarse a la casa.
Sin embargo, aquel falso enfrentamiento formaba parte de una historia mucho más macabra. En enero de 1984, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) encontró las tumbas de los cinco miembros de la familia Lanuscou-Miranda, los supuestos extremistas que habían sido enterrados como NN en el cementerio de Boulogne. Tras la exhu-mación de los cadáveres, el EAAF, “comprobó que todos los cráneos encontrados tenían perforaciones de bala”, lo que indicaba que habían sido rematados, pero además, el jefe del equipo, el estadounidense Clyde Snow, denunció que “en el ataúd de Matilde, la beba de seis meses supuestamente abatida, no había restos óseos; sólo un chupete, un osito de peluche y unas ropitas.
El certificado de defunción lo firmó el doctor Roberto Bettale, pero hay razones para sospechar que la muerte de Matilde fue simulada, y desde ese momento los familiares del matrimonio Lanuscou-Miranda sospechan que la beba puede haber sido apropiada y que podría tratarse de Marcela Noble Herrera.
En su casa de Villa Devoto, el ingeniero Carlos Miranda revuelve en las cajas de fotos familiares buscando un buen retrato de su hermana Bárbara, a quien encuentra singularmente parecida a Marcela Noble. “La forma de la cara, los ojos y las cejas. El parecido es impresionante... pero resulta absurdo que nos tengamos que guiar por las fotos de las revistas cuando esto se debe resolver de manera tajante con un simple pinchazo en el dedo”, dice Miranda, que es uno de los querellantes en la causa contra Ernestina Herrera de Noble.
“Mi cuñado y los dos chicos murieron al instante, pero a mi hermanam que protegió a Matilde con su cuerpo, la remataron y se llevaron a la bebita”, rememora Carlos Miranda, mientras espera el cotejo de las muestras de ADN ordenados por la jueza Sandra Arroyo Salgado.
La abuela de Matilde fue integrante de Abuela de Plaza de Mayo y murió soñando el encuentro con su nieta. Hoy su tío David Lanuscou, músico y hermano de Roberto, sigue la búsqueda. Asegura que “son muchos los datos y testigos que vieron salir con vida a su sobrina Matilde, de 6 meses, del operativo que sus padres resistieron”. Aun así, el querellante señala que hasta que no se haga el estudio de ADN quedará la sospecha que “puede o no ser mi sobrina, pero lo que es evidente es que son hijos de desaparecidos”.
Un fragmento de la canción “Matilde de seis lunas” compuesta por David Lanuscou reza “El sol araña las sombras, con sus espinas de tiempo, vuela, Matilde, paloma, a un horizonte de encuentros.”
Por Walter Goobar

EL MONO DISIDENTE ( DOLINA SOBRE KIRCHNER)


El peronismo ha sido muchas veces actor principal de acuerdos y concertaciones políticas. Hay, por otra parte, un arsenal de pensamientos burgueses que garantizan la conveniencia de buscar coincidencias. Algunos llegan a decir que en realidad, todos deseamos lo mismo y que discrepamos acerca de las metodologías.

Se ha llegado a sostener que las ideologías habían muerto y que bastaba con elegir buenos administradores para que gobernaran. Todo esto viene acompañado con un continuo elogio de las buenas maneras en las discusiones políticas y aún en los conflictos sociales.

A cada momento se nos propone a nuestra admiración la conducta de príncipes sonrientes o de antagonistas que se dispensan elogios mutuos durante las negociaciones.

Estas escasas palabras servirán primero para saludar todas estas ideas que acabo de exponer.

¿Quién soy yo para no ovacionarlas de pie? Pero también, y como humilde despacho en disidencia, propongo un tímido elogio del desacuerdo, de la bifurcación, de la heterodoxia, de la herejía.Después de todo, las revoluciones surgen sólo de desacuerdos: el hombre es un mono disidente.

Me permito entonces, subrayar la acción política de Néstor Kirchner como venturoso gestor de desacuerdos. El se atrevió a recorrer caminos que nadie se atrevía a transitar y que parecían alejarse de las concurridas avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global.

Y se metió por unas calles ya olvidadas cuyos nombres sólo se pronunciaban en los foros estudiantiles, en las reuniones de soñadores y en rincones que siempre estaban alejados del poder político.

Esas calles de desacuerdo ahora pueden reconocerse: una conduce al crecimiento del mercado interno.

Otra al control del comercio exterior...

Está también el boulevard de la intervención del Estado, el veredón de los derechos humanos. la esquina de la ley de medios o la plaza de la asignación por hijo.

Por esas calles andaba este hombre. Algunas de ellas, habían sido recorridas por otro señor en 1946.

Ahora bien, cuando alguien del poder político se atreve a caminar estos senderos termina por llegar a un distrito donde el poder político no está en el mismo lugar que el poder económico. Y la bifurcación se produce y son inevitables los ataques de las corporaciones y de los poderosos que tratarán de conseguir el regreso de los gobernantes tránsfugas hacia las avenidas iluminadas de sus intereses.

Hace muchos años hubo por televisión un debate entre el doctor Teodoro Bronzini, líder socialista e intendente de Mar del Plata, y el doctor Beccar Varela, que militaba en el partido que entonces tenía al menos la decencia de admitirse como conservador.

Fue una conversación muy amable y el moderador se sorprendió al fin del programa de que hubieran coincidido en tantas cosas. En realidad, no era sorprendente, ambos políticos formaban parte de una visión liberal del mundo y eran funcionales a los intereses de las corporaciones.

¿Cómo no van a ser amables si en el fondo pensaban lo mismo?

Néstor Kirchner no les parecía amable a las corporaciones.

En verdad, ningún otro presidente salvo aquel otro señor de 1946, les pareció tan desagradable.

Y lo atacaron como a nadie ¿Por qué? No porque Kirchner tuviese mal carácter y fuera confrontativo o cascarrabias.

No se trataba de una cuestión de carácter: este tipo había tocado sus intereses.

Y fue el único que lo hizo.

Todos los demás parecían aceptables en algún momento porque también en algún momento eran funcionales a los intereses del poder económico.

Y eso es todo lo que quería decir, a veces no hay más remedio que disentir, que persistir en el desacuerdo. Hoy casi por única vez en nuestra historia, el poder político no está donde está el poder económico.

Y este hombre que ahora se ha ido produjo un último acto de insujeción. Su muerte encendió la luz, y como en un refusilo vimos algo que la cerrazón de los medios había ocultado en la oscuridad: las calles laterales, las que no recomendaban los poderosos, estaban llenas de gente.

Transcripción de las palabras dichas por Alejandro Dolina en el homenaje a Néstor Kirchner efectuado en ND Ateneo