jueves, 17 de febrero de 2011

El caso de los represores que soñaban con ser pensionados


Miembros de la CNU intentan cobrar como víctimas de la dictadura
Vamos a ver cómo es el reino del revés”, escribió María Elena Walsh, pero su interminable talento y creatividad no se hubieran atrevido a tanto. Ex integrantes de la represora agrupación Concentración Nacional Universitaria, conocida por su sigla CNU, reclaman ser beneficiarios de pensiones graciables que fueron creadas para víctimas del terrorismo de Estado y presos políticos en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura militar. La mayoría de los trámites fueron abiertos por ex CNU La Plata en la sede central del Instituto de Previsión Social (IPS) de la provincia de Buenos Aires.
Carlos Indio Castillo, Gustavo Guillermo Fernandez Supera, Juan José Pipi Pomares, David Mazzota, Ricardo Calvo, Alfredo Ricardo Lozano, Martín Sánchez y Juan Pedro Asaro formaron parte de la patota civil con apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado que secuestró, torturó y mató a estudiantes universitarios de la facultades de La Plata y Mar del Plata.
Uno de los casos más resonantes de los que participaron data del 1 de mayo de 1976. Ese día fueron a secuestrar al militante de la Juventud Peronista Juan Carlos Vaca Arias, quien años más tarde sería electo concejal de La Plata.

JUEZ AMIGOS DE VIDELA Y DE ERNESTINA HERRERA DE NOBLE


Juez de la Cámara Nacional de Casación Penal, Wagner Gustavo Mitchell. Cómplice de la dictadura y participe necesario de la apropiación de bebés de desaparecidos. Se hizo conocido por firmar la resolución que suspendió el trámite de ADN de Marcela y Felipe Noble Herrera, hijos adoptivos de la dueña del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble y deniega los beneficios que le corresponden por ley a una compañera hija de desaparecidos que está presa por su condición de militante, Karina Germano Lopez "La Galle".

Fuerza bruta Por Eduardo Aliverti

No hay noticia políticamente más importante que el virtual lanzamiento de Mauricio Macri como candidato presidencial. Habrá quienes crean que sólo se trata de una formalidad, al entenderla como una decisión elemental y tomada hace tiempo, pero, en primer lugar, no es así. Y, en cualquier caso, deja las cosas más blanco sobre negro que nunca en términos de dónde pararse frente a un año electoral decisivo para el corto y mediano plazo de los argentinos. E incluso para el largo.

Como se recordó en estos días, Néstor Kirchner juzgaba obvio e inevitable que, más tarde o más temprano y crecientemente, el escenario político quedara circunscripto a una gran fuerza inclinada hacia la izquierda y a otra volcada para la derecha. A fin de evitar polémicas inútiles: estamos hablando de poderíos, figuras y candidaturas con chances de poder real, y no de estampas testimoniales. Con independencia del modo en que cada quien evalúe al ex presidente, los hechos estarían dándole la razón. El denominado “peronismo federal” ya pasó de la puerta del cementerio a los pies de su tumba, con Duhalde como mascarón de proa simbólico y algunos correveidiles que no terminan de decidirse a nada porque apenas los une, o unía, la bronca y el estupor ante el hecho heterodoxo del kirchnerismo. Elisa Carrió, segunda en los últimos comicios presidenciales y construida por gruesos sectores de clase media urbana como una outsider capaz de contener a sus inconformismos sempiternos, ha pasado a ser, definitivamente, un tema de evaluación psiquiátrica. Hace rato que no merecía ser justipreciada con parámetros de medición convencional, porque nadie se dedica a lo político-dirigencial para destruir todo lo que construye. Carrió hace animación mediática, no actividad política. Acaba de afirmar que la masividad del funeral de Kirchner fue montada por Fuerza Bruta. Se diría que no hay vuelta atrás para quien llega a ser corrido por izquierda por Mirtha Legrand, aunque podría argüirse que en la Argentina jamás se sabe.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La Justicia citó a Morales Solá como testigo por la represión en Tucumán


El periodista Joaquín Morales Solá deberá presentarse el próximo lunes (21/02) en la Justicia Federal para prestar declaración en calidad de testigo, en el marco de las causas por los delitos de lesa humanidad que se tramitan en Tucumán.

La convocatoria a Morales Solá fue realizada por el juez federal Daniel Bejas, quien tiene a su cargo la tarea de investigación de los centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Tucumán, a partir del Operativo Independencia.

El periodista declarará en los tribunales de Buenos Aires en base a un cuestionario de preguntas del magistrado tucumano.
Meses atrás, el semanario Miradas al Sur publicó una foto en la que se observa al periodista Morales Solá cuando está a punto de ingresar en uno de los puestos militares de la represión del Operativo Independencia, lugar adonde se accedía sólo por invitación, y siempre y cuando fuera un hombre de confianza política de los jefes.

El primer jefe del Operativo Independencia fue el fallecido general Acdel Vilas y el segundo, el general Domingo Bussi, ambos juzgados como represores por delitos de lesa humanidad en la última dictadura militar.

En la fotografía, Morales Solá acompaña a los militares en lo que, se presume, es una recorrida en la macabra y tenebrosa Escuelita de Famaillá, mientras era periodista del diario La Gaceta y corresponsal de Clarín, en Tucumán.

Marcos Taire, periodista tucumano, fue quien consiguió la fotografía por la que ahora Morales Solá tendrá que dar explicaciones a la Justicia Federal.

"Es importante haber logrado que Morales Solá concurra a los estrados judiciales a dar testimonio de su presencia en el centro represivo. Hay muchas pruebas que tenía vínculos con los que fueron los responsables político-militares en el Operativo Independencia", señaló Taire en diálogo con la Agencia Télam.

martes, 15 de febrero de 2011

EL MOMO VENEGAS


Gerónimo “Momo” Venegas tiene 69 años y lleva veinte al frente de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), enrolada en la CGT Azul y Blanca que lidera el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo. Llegó a ese cargo desde la filial de Necochea, donde nació y forjó su poder político y gremial.
Allí comenzó a militar en 1968, siendo secretario de Actas, Prensa y Propaganda de la seccional local. Permaneció en ese puesto hasta el 24 de marzo de 1976, momento en que, según su biografía oficial, “conoció la persecución, la cárcel por la defensa de sus ideales y la lucha clandestina”. Sin embargo, en la actualidad, criticó los avances en materia de Derechos Humanos: “Tienen que terminarse los juicios a los militares. Hay que empezar a construir la Argentina que todos nos merecemos”, aseguró en un reportaje periodístico.

Desde 2002 es el titular de las 62 Organizaciones Peronistas, la tradicional agrupación político-gremial que supo liderar Lorenzo Miguel y que ahora es el sostén sindical sobre el que apoya su candidatura el ex presidente Duhalde.
También conduce el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), que contrató los servicios de una empresa encabezada por dos socios de Eduardo Duhalde y su mujer para inspeccionar y fiscalizar las condiciones de trabajo en el campo, según reveló la revista Veintitrés.
Su carrera política siempre estuvo ligada al peronismo: fue senador provincial por ese partido y respaldó la candidatura a diputado nacional de Francisco de Narváez en 2009, año en que se encolumnó detrás de las patronales agrarias en contra de la resolución 125.
El entorno de Venegas mete miedo. Carlos Alberto Farnos es conocido en Necochea por participar la noche del 8 de mayo de 1978 en el crimen de la prostituta Mirta Godoy, por el que estuvo detenido en España hasta 1989. Se escapó de la cárcel y recién fue capturado por Interpol cuatro años después en Mendoza. Actualmente es el guardaespaldas y mano derecha del “Momo”.
Su círculo íntimo, además de pistoleros, no está exento de militares retirados. Entre ellos se encuentran Daniel Reimundes, Jorge Tereso, Rodolfo Solís y Ernesto Bossi.
El ex coronel Rodolfo “el chino” Solís tuvo un temible desempeño en el Batallón 601 durante la dictadura, y luego, en democracia, prestó servicios en la Dirección de Contrainteligencia de la SIDE.
Solís junto con Ernesto Bossi son el nexo entre Venegas y familiares de presos por delitos de lesa humanidad, auspiciado por la activista pro dictadura Cecilia Pando.
El 14 de julio de 2009, el dirigente nazi Alejandro Biondini lo entrevistó en su programa radial Alerta Nacional. En una charla donde ambos intercambiaron elogios, Biondini lo felicitó “por su labor patriótica”. El “Momo”, le devolvió gentilezas con un “Gracias, compañero”. Y el filo-nazi, concluyó: “Un dirigente como usted es una garantía para el movimiento nacional.”