viernes, 16 de abril de 2010

El terrorismo mediático de AAPRESID o el largo brazo de las corporaciones


Desde que en marzo de 2009 el Juez Tristán Martínez estampara su firma en el fallo que establece la restricción de fumigar a 800 metros del barrio Urquiza de San Jorge en la provincia de Santa Fe, se han sucedido acontecimientos que han mostrado ante la sociedad los poderosos intereses en juego. Ese fallo, que fuera ratificado por la Cámara Civil y Comercial y que ya ha sentado jurisprudencia nacional e internacional, ha puesto de un lado a los vecinos genuinamente preocupados por su salud, por su calidad de vida y por el deseo de un futuro mejor; del otro lado, los pooles de siembra, las corporaciones, algunos productores o “agroempresarios”, el municipio local y el patético Ministerio de la Producción - portavoz manifiesto del gobierno provincial -, a quienes los une y conmueve sólo el interés especulador de una forma de producir que ha empobrecido el ambiente, la salud y la economía de la mayoría de los santafesinos.

Entre estos actores sociales, se encuentra el accionar invisible y silencioso de las corporaciones. Tal como en el conflicto por las retenciones, utilizan de punta de lanza a organizaciones que promueven y difunden sus productos, tecnologías e ideologías. Entre éstas, se destaca la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), quien cuenta con el apoyo económico de todas las empresas vinculadas a la producción agrícola en nuestro país (1) , y que recientemente difundiera un documento al respecto en las redes electrónicas y en la prensa adepta. (2)

En ese documento simplifican la situación a que sólo son los “ecologistas” los que se quejan, minimizando el aporte de cientos y cientos de vecinos que, reclamando por su legítimo derecho a la salud, se oponen a ser fumigados. Además, tergiversan el ejemplar fallo judicial mencionando sólo al glifosato cuando los magistrados suspenden la aplicación de absolutamente todos los agrotóxicos. Pero de todo lo que dicen, transcribiremos un párrafo en especial: según AAPRESID, la prohibición del glifosato implicaría “caída estrepitosa de la producción agrícola y baja abrupta de las exportaciones con secuela de desocupación industrial y agropecuaria”.

Aclaremos que el fallo sólo habla de suspender aplicaciones terrestres (mosquito o arrastre) a 800 metros y aéreas a 1.500 metros del barrio Urquiza por el término de seis meses. En forma solidaria y por tratarse de una situación de franca discriminación del resto de los santafesinos, vecinos fumigados e instituciones de larga data e irreprochable historial como INCUPO, Acción Educativa, Foro de la Agricultura Familiar y Centro de Protección a la Naturaleza -entre otros-, promueven un petitorio al gobernador para que se extienda dicha restricción a todos los municipios y comunas (3). Si se cumpliera con tal medida en toda la provincia, se desafectarían tierras que deberían dedicarse a otro tipo de producción para la próxima campaña. Sobre lo que suceda más allá de esta área de protección -que ya fuera esbozada por la Ley 11.273 y “olvidada” de cumplir por la mayoría de los municipios y comunas-, el fallo judicial NO SE APLICA. Por lo tanto, aludir a que se desea prohibir el glifosato y que se produciría una “caída estrepitosa de la producción” es simplemente terrorismo mediático.

Dado el grado de desinformación circulante en los medios, consideramos importante aportar datos concretos sobre lo que significaría la ratificación permanente de los 800 metros sin tóxicos alrededor de los ejidos urbanos. Para ello, hemos tomado como modelo al departamento San Martín, que entre otras localidades, alberga a la ciudad de San Jorge. En enero de 2009, se registraron 240.585 has. sembradas, de las cuales el 81% correspondieron a la soja y el resto a maíz, sorgo, girasol, moha, mijo y maní (4); sólo en soja, el aporte del departamento a la producción provincial fue del 11% . Aplicando rastreo satelital, se visualizaron y dimensionaron las localidades del departamento, estableciéndose rangos poblacionales y plantas urbanas tipo. Luego de trazar las áreas de protección de 800 metros establecidas en el fallo judicial, se arriba al siguiente resultado: sólo se desafectarían 9.394 has, lo que representa un 3,90% menos de superficie sembrada para la agricultura extensiva y aptas para otros emprendimientos productivos. Las estimaciones de la superficie sembrada para 2010 son mayores, por lo que ese porcentaje disminuiría puesto que la cantidad de hectáreas se mantiene fija mientras no se produzcan modificaciones en las plantas urbanas.

Si extrapolamos al resto de la provincia los datos de 2009, una disminución del 3,90% de la producción de soja, por ejemplo, sería aceptable y no conduciría al escenario catastrófico de desocupación y caída abrupta de las exportaciones descripto por AAPRESID.

Complementariamente, en el área de protección pueden realizarse actividades productivas – tal vez menos rentables pero más sustentables en el tiempo- que privilegien el desarrollo y empleo local. Desde luego que el gobierno provincial podría ahorrarse la ampliación de hospitales y el costo de la atención médica a la salud de los vecinos afectados por las fumigaciones, muchos de ellos con enfermedades terminales de largo tratamiento o con malformaciones que requieren cuidados intensivos de por vida.

Consideramos que AAPRESID es el brazo difusor de las corporaciones encargadas de la producción de semillas transgénicas, agroquímicos y fertilizantes, así como de la distribución y comercialización de las cosechas argentinas. Sus opiniones mediáticas deben ser consideradas en este marco y, por ello, claramente tendenciosas en asegurar a sus patrocinantes una mayor rentabilidad a costa de sacrificar la salud y el ambiente de todos los santafesinos.

Santa Fe, abril 2010.

Asociación Muyuqui – San Justo, prov. de Santa Fe.

Centro de Protección a la Naturaleza

Vecinos Autoconvocados Contra las Fumigaciones de San Jorge.

VERSION TAQUIGRAFICA DEL DISCURSO DE PICHETTO EN EL SENADO SOBRE LA LEY DE CHEQUES (BUENISIMO)


Sr. Presidente. – Tiene la palabra el senador Pichetto.


Sr. Pichetto. – Señor presidente: compartimos los loables fines expresados por el señor senador Morales: la recuperación de la dignidad, de la integralidad, el concepto de Nación, que es algo que no escuché esta noche. Pero primero, quiero empezar por lo jurídico. Acá hay senadores que han ingresado a esta Cámara y creo que estamos en un año muy complicado, en el que no se aceptan los resultados. Y cuando no se aceptan los resultados, rompemos el Reglamento o, si no, rompemos la Constitución.

Además, rompemos la tradición de la Cámara, algo a lo que ya estamos acostumbrados en estos días. En estos tres meses, hemos roto todas las tradiciones. Ahora, estamos rompiendo, destrozando con argumentos, con artilugios, toda la historia de precedentes desde 2002 a la fecha.

Para cada una de estas modificaciones o prórrogas de la ley de impuesto al cheque, en el momento en que se votaba, cada secretario decía claramente que estábamos frente a una asignación específica y a una votación especial para la que se requería mayoría, y se contaba el número de senadores que votaban.

Esto ha sido así y no quiero estar leyendo ley por ley; pero si quieren, lo hago; y también podemos efectuar el repaso de los órdenes del día que tengo aquí sobre mi banca. El secretario Estrada, desde que ingresó, cada vez que terminaba la votación hacía mención específica a que se había votado con la mayoría especial que fija el inciso 3) del artículo 75 de la Constitución Nacional. Entonces, yo pido que reflexionemos. No quiero hacer –como dijo el senador Sanz– un discurso descalificador. Pero, realmente, están equivocados, gravemente equivocados.

Él incorporó el concepto de gravedad institucional. Se están sentando precedentes harto peligrosos. Vale todo, señor presidente, y lo usan a usted para hacer convalidar este tipo de situaciones de “vale todo”. “Como voy perdiendo, como no logro los treinta y siete votos, entonces, cambiamos la Constitución y su interpretación de los últimos años”. ¡No dejemos que esto ocurra, señor presidente!

Usted debe cuidar la aplicación de la norma, la historia de este Congreso, cómo se reguló este impuesto y cómo se votó cada una de las veces que hubo que votar. Hubo que hacerlo con la mayoría que fija la Constitución, no el Reglamento, sino la Constitución en su inciso 3º del artículo 175.

Estamos frente a una asignación específica, y no la puede modificar ninguna catarata de palabras mal dichas desde el punto de vista jurídico, que ha formulado el presidente del bloque de la Unión Cívica Radical. Por otra parte, quiero también contestar algunas de las expresiones vertidas por el señor senador Sanz. Me parece importante desentrañar ese debate de 2006, que también tuvo su resultado en términos de la votación con la mayoría especial que fija la Constitución en ambas Cámaras.

¡Nunca una prórroga ni una modificación de la asignación específica, como en el caso de 2006, que tenía además la misma finalidad y el mismo destino dentro del marco porcentual que le correspondía a la Nación, se dejó de votar con la mayoría especial que fija la Constitución! Pero me interesa dar lectura a lo que dijo el senador Capitanich, que era el miembro informante de la mayoría y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Remarco esto porque resulta muy importante, en función de algo que voy a señalar a posteriori de la lectura de los dichos del senador Capitanich en el debate del 2006.

Es cierto todo lo que afirmó el senador Sanz de su exposición particular, dicha como un senador en el marco de ese debate. Y el senador Capitanich, como miembro informante, dijo: Señora presidenta [seguramente, era una mujer quien presidía la sesión en ese momento]: pedí justamente una interrupción para no dejar escapar el tema, porque me parece que amerita una evaluación desde el punto de vista técnico.

El artículo 3º de la ley 25.413 establece, efectivamente, que el 70 por ciento de este impuesto ingresará al Tesoro nacional y lo administrará el Poder Ejecutivo nacional con destino a los gastos que ocasione la emergencia pública declarada en el artículo 1º de la ley 25.561.

Es un caso parecido a la ley 25.239 y a la ley 25.717, en su artículo 11, respecto de la finalidad del financiamiento del sistema de la seguridad social. Siempre ocurre así desde el punto de vista de la especificidad. Lo que usted indica [se refería al senador Sanz], que es importante, se refiere a las diferencias entre la redacción del proyecto original y la redacción del proyecto del recinto.

En realidad, fue la diputada Graciela Camaño la que propuso la reforma en la versión taquigráfica obrante. Entonces, cuando se plantea el Título V y otras disposiciones –el artículo 6º– habla de la sustitución en el marco de lo normado [escuchen bien esto: habla de la sustitución en el marco de lo normado] del artículo 75, inciso 3), de la Constitución Nacional. Es importante remarcar que el artículo 75, inciso 3, de la Constitución establece la mayoría especial, desde el punto de vista de la afectación de los recursos.

En este sentido, el artículo 75, inciso 3), dice que es atribución del Congreso establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables por tiempo determinado, por ley especial aprobada por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara. Por lo tanto, para eso se necesitan treinta y siete votos, en virtud de la mayoría especial de esta Cámara.

Continúa indicando que la ley, en su artículo 3º, decía que el 70 por ciento de este impuesto ingresará al Tesoro nacional y lo administrará el Poder Ejecutivo nacional con destino a la atención de los servicios de la deuda pública, contribuyendo a consolidar la sustentabilidad del programa fiscal y económico.
En realidad, se suprimió el párrafo que hace mención a la atención de los servicios de la deuda y el objetivo de contribuir a la sustentabilidad del sistema económico. En definitiva, se preserva la finalidad para la cual se estableció la afectación específica. Esto lo decía el miembro informante.

¿Por qué es importante lo que dice el miembro informante? Es importante en orden a la interpretación de las normas. La Corte Suprema tiene sentados reiterados precedentes que ratifican claramente que es doctrina que la primera regla de la interpretación de las leyes es dar pleno efecto a la voluntad del legislador.

Si bien es cierto que las palabras o conceptos vertidos en el seno del Congreso con motivo de la discusión de la ley son, en general, simples manifestaciones de opinión individual –como lo fue la del senador Sanz–, no puede decirse lo mismo de las explicaciones o aclaraciones hechas por los miembros informantes de los proyectos, pues tales explicaciones e informes constituyen, según la doctrina y la jurisprudencia, la fuente propia de la interpretación: fallo de 2005 en la causa “Salta, provincia, c/ Estado nacional s/ acción de amparo”. Está sentado ya de manera reiterada que el espíritu del legislador en la interpretación de las normas se define fundamentalmente por las expresiones del miembro informante; en este caso, el senador Capitanich, quien tenía esa función, dado que era el presidente de la Comisión de Presupuesto cuando se debatió el tema.


Sr. Sanz. – Señor presidente: solicito una interrupción.


Sr. Presidente. – Senador Pichetto: el senador Sanz le pide una interrupción. ¿Se la concede?


Sr. Pichetto. – Cómo no.


Sr. Presidente. – Para una interrupción, tiene la palabra el senador Sanz.


Sr. Sanz. – Con ese criterio que usted dice de que la Corte lo que ha hecho es dar validez a la interpretación que hicieron los miembros informantes respecto de cuestiones dudosas, la verdad es que, en estos casos concretos, cualquier afectación que pudiere hacer el bloque de una mayoría circunstancial, luego ser votada y explicada por el miembro informante adquiriría validez constitucional; y no es eso lo que ha querido hacer la Corte.

Ello es así a punto tal que, si usted sigue leyendo la contrarréplica de esa versión taquigráfica, verá que yo contesto a esto que acaba de indicar que manifestó Capitanich diciéndole que la supresión del párrafo del pago de los servicios de la deuda pública es, precisamente, la condición de especificidad que tenía en la Cámara de Diputados.

Entonces, finalmente, constituye una interpretación acerca de cuál es el alcance de la asignación específica. Pero insisto: lo que usted acaba de leer de la Corte no ha convalidado la interpretación del miembro informante, a mi juicio. Sr. Presidente.

– Continúa en el uso de la palabra el señor senador Pichetto.

Sr. Pichetto. – Son numerosos los fallos: 182.486, 186.258, 200.165, 281.147, 302.973, 312.529 y otros. Ha sido la línea que ha sostenido la Corte. Las opiniones particulares son legítimas, por cierto, y reflejan el parecer del legislador, pero para interpretar la norma, prima el criterio del miembro informante.

Respecto de lo que usted dice, también, el ex senador Capitanich le contestó en el cierre del debate: la segunda cuestión que quería poner en consideración era que, desde el punto de vista de la distribución del impuesto al cheque, en definitiva, entendemos que las modificaciones que se hacen al proyecto de ley que estamos en condiciones de aprobar cumplen los requisitos de afectación específica.

Por lo tanto, las modificaciones que se introdujeron en la Cámara de Diputados de la Nación no ameritan poner en duda una eventual inconstitucionalidad [que usted había planteado] sino, muy por el contrario, los recursos son de afectación específica, permiten al Tesoro Nacional afectarlos claramente al mantenimiento de la sustentabilidad del programa económico. Esta es la interpretación de la Corte, no la mía.

Es una línea clara desde el punto de vista de cómo se interpretan las normas y cuál ha sido, además, la doctrina pacífica de esta Cámara de Senadores, donde en cada una de las prórrogas, hemos votado con mayorías especiales haciendo mención puntual, clara y categórica por parte del secretario parlamentario, de que se votaba con la mayoría requerida en el artículo 75, inciso 3).

El camino que ha iniciado San Luis –para aportar un elemento mayor– recurriendo a la Corte define claramente que son asignaciones específicas que requieren de la aprobación, según lo establece el artículo 75, inciso 3) y, por lo tanto, es materia de discusión en el ámbito de la Corte Suprema. Hay algunas declaraciones de senadores que han abonado este criterio. La senadora Escudero dijo la semana pasada –no hace un año– en este recinto, con motivo de la sesión en minoría…


Sr. Rodríguez Sáa. – Pido una interrupción.


Sr. Presidente. – El senador Rodríguez Sáa le solicita una interrupción.


Sr. Pichetto. – ¡Cómo no!


Sr. Rodríguez Sáa. – La provincia de San Luis no firmó el acuerdo, no le comprende el acuerdo. Por eso tiene una demanda, no porque sea una asignación específica. No, nosotros no firmamos el acuerdo, aunque, tramposamente, en la sanción de la ley, donde firman todos, se incluye a la provincia de San Luis. Pero no firmó el acuerdo.

No firmó el acuerdo, por eso estamos en juicio, porque el Estado nacional no cumple.


Sr. Pichetto. – Es interesante dar lectura al orden del día de esa sesión en minoría ,porque la senadora Escudero –que en ese momento nos acusaba de querer vaciar el Congreso– decía claramente: Según nos hacen creer, el problema es que pusimos primero el tema del impuesto al cheque; pero quiero recordar que el artículo 75, inciso 3), de la Constitución exige para establecer o modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables que hace falta la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.

Entonces, hacían falta treinta y siete votos en esta sesión para poder aprobar el proyecto de ley del cheque. Estaba claro que no los teníamos, que contábamos solamente con treinta y seis votos. Entonces ¿por qué no bajaron? ¿Por qué no bajaron si no teníamos los treinta y siete votos que exige la Constitución? No lo hicieron porque la estrategia era que el Senado no sesione. Hoy también algunos senadores que, en distintos programas de televisión…


Sra. Escudero. – Una interrupción; he sido aludida.


Sr. Pichetto. – Cómo no, senadora.


Sra. Escudero. – Quiero decir que el artículo 75, inciso 3), exige una mayoría especial cuando se detraen recursos coparticipables para darles una afectación específica; eso es así. Con la redacción que tenía el texto del dictamen, hacía falta, porque estábamos dando asignaciones específicas. La propuesta de modificación de hoy es la derogación. Para derogar afectaciones específicas no necesito mayoría especial. La mayoría especial se necesita cuando se quiebra el principio de que todo impuesto es coparticipable. Por eso es que se ha propuesto la modificación.


Sr. Pichetto. – La verdad es que tengo respeto intelectual por muchos senadores. A veces, lo que me violenta es que nos subestimen la inteligencia y que quieran articular expresiones para justificar lo injustificable.

¡Muchas veces me han dicho a mí, como miembro informante del oficialismo, que justifico cualquier cosa! Pero, la verdad, esto es poco sólido; resulta inconsistente, señor presidente. ¡Se cae a pedazos! Lo que van a hacer es generar una norma, si es que la sacan –si es que la Presidencia avala esta interpretación–, que no tiene ningún valor ni ninguna entidad; ¡que no pasa ni siquiera por un juez de faltas de Villa Echenagucía!

Porque ningún juzgado puede resolver esta norma que no tiene legitimidad. Lo digo con todo el respeto que tengo por los jueces de faltas de Villa Echenagucía. (Risas.) Señor presidente: en la última prórroga que hicimos por dos años, se dice claramente que se cumple con la mayoría especial que fija la Constitución.

La verdad es que no quiero ser redundante. Yo espero que exista criterio, tino; que podamos resolver de acuerdo con la Constitución. Ya no de acuerdo con el reglamento: de acuerdo con la Constitución. Ahora quiero hacer mención a algunas referencias que se han hecho acá desde lo político, porque me parece que también son importantes. Muchos senadores se arrogan la vindicación de la dignidad de las provincias. Yo también considero y opino, fundamentalmente, que, como hombre que represento a una provincia de la Patagonia, me interesa el destino de esa provincia.

Siempre estoy preocupado por ella. Por otra parte, quise gobernarla; así que me interesa el destino de los rionegrinos, como seguramente a todos los otros senadores les interesa su provincia de origen y defienden sus intereses. Esto es algo que nos vincula y nos une a todos.

Esta es la Cámara federal. Señor presidente: estamos debatiendo un tema que, indudablemente, en materia federal, es de discusión y de participación necesaria, primaria, excluyente de los gobernadores de provincias. Incluso, en algunos discursos, hasta se subestimó el rol de los gobernadores: los consideran personajes pusilánimes que se vienen a arrodillar ante el gobierno central o a rogar para que les manden la plata, o sea, personajes de menor cuantía a los que no hay que respetar nada.

Y yo digo que por algo son gobernadores y están gobernando las provincias, para lo que han tenido una legitimación popular. Yo creo que no podemos hacer ese tipo de evaluaciones. Justamente, muchos de esos gobernadores, la gran mayoría de los que han ido a dialogar con la señora presidenta, han sostenido la inconveniencia de tratar este tema de manera apresurada.

Estamos tratando un dictamen en el cual el oficialismo no participó. Se trató esa noche de impulsos desatados, de ese vendaval que arrolló todo y que citó a Marcó del Pont en el término de media hora y dictaminó sobre el proyecto de ley del cheque en horas de la noche, a las 20. Pero nosotros no participamos, tampoco lo hicieron los gobernadores y no se convocó a nadie. Este es el dictamen que estamos tratando.

¿Qué pedimos? ¿Qué venimos pidiendo? Que se postergue esta discusión para tratar de hacer un trabajo serio.

Porque a la presidenta, que está a cargo de la administración nacional, le vamos a tocar los recursos del Estado nacional sin decirle con qué los vamos a reemplazar, y en el medio de un proceso de presupuesto en marcha; ese es el momento en que le vamos a decir que va a dejar de percibir 9 mil millones y sin aclararle con qué los reemplazaremos, con qué resolveremos este bache que va a tener el presupuesto de la Nación.

Además, ni siquiera le permitimos terminar el diálogo con los tres gobernadores que, finalmente, van a concurrir a dialogar con ella el jueves de esta semana. No permitimos un proceso de evaluación o de cierre de este diálogo entre los gobernadores y la señora presidenta de la Nación para que, quizá, hasta de allí pueda surgir alguna alternativa que pueda resultar una salida inteligente, responsable y consensuada.

Yo escuché con atención al señor senador Verani. En verdad, su discurso me dejó la sensación de que, indudablemente, él no está satisfecho con esto; así lo expresó claramente.

Tal vez, podríamos haber trabajado con más tiempo, con más prudencia y con más responsabilidad. Precisamente, la responsabilidad, señor senador Morales, es todo un tema; para mí, es un tema central de la Argentina que estamos viviendo.

Miren: hay países como Colombia o como Canadá, donde las iniciativas en materia de impuestos que tienen que ver con la administración central del país están en cabeza del presidente porque él es quien tiene la visión completa e integral de la administración. Las leyes deben tener origen en el Poder Ejecutivo; eso no lo tenemos en nuestra Constitución, pero tampoco nunca ocurrió un hecho como este.

En la historia parlamentaria que va desde la transición democrática, desde 1983, a la fecha, siempre ha habido un espíritu colaborativo en las Cámaras de Diputados y de Senadores con el Poder Ejecutivo de turno.

Yo no recuerdo ningún hecho por el cual se desfinanciara al gobierno con alguna ley que se votara. Siempre hubo, además, responsabilidad institucional de los grandes partidos para que los presidentes, a mitad de período y cuando se modificaba la situación parlamentaria, arribaran al final de su mandato con todas las atribuciones y sin desfinanciar al Estado nacional.

En ese sentido, voy a recordar la última etapa del gobierno de Alfonsín, el inicio de la gestión de Carlos Menem, con la participación de ese gran legislador que fue César Jarovlasky, quien posibilitó la sanción de leyes económicas importantes en ese período crítico de hiperinflación, o el período donde el gobernador de la provincia de Buenos Aires, doctor Antonio Cafiero, colaboró con el doctor Alfonsín, aportando los votos necesarios para aprobar el presupuesto y otras leyes impositivas en la última etapa de la gestión de aquel, allá por los años 1987 y 1988, antes de las elecciones, lo que indudablemente le valió al doctor Cafiero la descalificación como colaboracionista del gobierno radical.

Y miren lo que voy a decir: creo que le provocó un demérito en el proceso interno que vivimos en el peronismo, cuando se eligió la fórmula presidencial, donde compitieron Menem y Cafiero. Creo que la responsabilidad extraordinaria de Antonio Cafiero en ese momento histórico fue fundamental para que el gobierno del doctor Alfonsín pudiera tener los instrumentos necesarios en el Parlamento. Hay otros países centrales que, indudablemente, tienen una sofisticación y una cultura que todavía aquí no se ha logrado. Ojalá que lo podamos hacer.

Creo que, si se recuperan verdaderamente los partidos nacionales en la Argentina, se puede construir una democracia de partidos y de programas que, indudablemente, le darán estabilidad al sistema político y hasta, quizás, se puedan encontrar hasta situaciones como ocurren en Inglaterra.

Me refiero a que cuando el oficialismo pierde en las elecciones de medio tiempo las representaciones de mayoría, la minoría le quita los representantes para que el oficialismo pueda imponer el modelo. El 80 por ciento u 85 por ciento de las leyes que se votan tanto en España como en Inglaterra y Francia son normas que tienen su origen en el Poder Ejecutivo.

Sra. Escudero. – Este es un sistema presidencialista.


Sr. Pichetto. – Sí, estamos en un sistema presidencialista. Y viene bien esta reflexión que me hace la senadora por Salta –que es positiva, aunque no le va a dar derecho a una interrupción–. No es un sistema europeo y parlamentario, en donde a mitad de tiempo se cambia el gobierno y se cambian las leyes o reglas económicas.

En ese sentido, recuerdo la cohabitación de Chirac con Balladur. Gobernaba el sector de la derecha o liberal en Francia, y gana el socialismo en las elecciones de medio tiempo, asume Baladour y hay una cohabitación de las dos fuerzas, algo típico o característico del gobierno francés. Un presidente que viene de la derecha y un primer ministro que viene de la izquierda, y cambia el modelo y el programa económico, lo pone a discusión en el Parlamento y, como tiene mayoría, lógicamente, aprueba las leyes que impone el primer ministro.

Esto, indudablemente, permite resolver los procesos de crisis que se manifiestan en los sistemas presidencialistas cuando el oficialismo pierde la mayoría en algunas de las Cámaras o cuando hay un sistema de equilibrios o de paridad muy inestable, como el caso del Senado que, en muchos casos, determina cuestiones vinculadas al bloqueo. Comprendo la indignación de algunos medios de comunicación cuando dicen que el Senado no sesiona. Les quiero decir que el Congreso americano, en el marco de la crisis, estuvo más de cinco meses sin sesionar.

Para ser más preciso, el parlamento canadiense hace dos meses que está bloqueado porque el oficialismo ha perdido la mayoría parlamentaria. Entonces, tampoco hay que dramatizar estas cuestiones ni ponerlas en el plano de que el mundo se va a caer si el Senado no sesiona. Esto ocurre en los países centrales y en la realidad política. Puede ocurrir que la sociedad defina con su voto situaciones de equilibrio, y mucho más en los sistemas presidencialistas.

Nuestro sistema es presidencial y, además, tiene un instrumento que permite resolver situaciones de bloqueo como el DNU, un instrumento que posee raigambre constitucional. Este es otro debate que vamos a dar oportunamente y sobre el cual no voy a avanzar, ya que esperamos dar la discusión en profundidad cuando se trate el tema del uso de las reservas.

No sé si es conveniente o bueno para la oposición avanzar en modificaciones de carácter impositivo y afectar situaciones económicas del Estado central. ¿Por qué? Porque si las consecuencias son negativas, van a pagar el precio sin estar a cargo del gobierno. Creo que la oposición, y esta es una reflexión particular, se tiene que preparar para ser gobierno y preparar su plan y su modelo de gobierno, si es que les toca gobernar por el voto de la ciudadanía. No creo que sea conveniente que ahora interfieran en decisiones propias de administración que son muy delicadas y muy sensibles para el país.

Estas son algunas de las reflexiones que quería dejar expresadas y considerar que está en usted la responsabilidad de hacer la interpretación. Desde ya que si se optara por una interpretación que vulnerara la historia parlamentaria de este impuesto, y se lo considerara una asignación específica, lógicamente que se abrirían caminos −ahora sí− de nulidad absoluta, como le gusta decir a la diputada Carrió, quien también ha encontrado una nueva construcción en el tratamiento de los DNU, consistente en la derogación por nulidad.

Se trata de una figura interesante que oportunamente discutiremos. De procederse de esa manera, se abriría un esquema de judicialización interminable que le daría a la presidenta todas las condiciones de factibilidad para la instrumentación de un veto. Por lo tanto, considero que deben hacerse las cosas bien.

Escuché decir en muchas oportunidades que había que debatir y aceptar el resultado. Hoy tuvieron el quórum, tuvieron el número, estamos debatiendo: aceptemos el resultado.

jueves, 15 de abril de 2010

¿A quién le hace el juego Juan Micelli?


En un pequeño recuadro de una entrevista que le realizara el diario Página 12 el día 15 titulada “No quiero hacerle el juego a la lógica de enfrentamiento” (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/8-17596-2010-04-14.html) Miceli desconoce por completo todo el trabajo en la construcción de la ley de medios de las organizaciones sociales, de las radios comunitarias, de los sindicatos y sus trabajadores, de los organismos de derechos humanos, de las Madres de Plaza de Mayo y de las Abuelas. En definitiva desconoce la construcción de la Ley de servicios de comunicación audiovisual como así también a quienes la crearon.

El ex periodista del Grupo Clarín opina que la ley que se sancionó: “no es la mejor que podríamos tener. La ley tiene su origen en un acto de revancha hacia el Grupo Clarín por cuestiones políticas.”

A pesar de su salida del Grupo Clarín, Miceli plantea lo mismo que dicen sus ex colegas. No habla de ley K, pero sí dice: “Clarín y el Gobierno mantuvieron una convivencia en los primeros años de Kirchner que está en los archivos. Una ley que es producto de una venganza nunca es una ley equitativa, justa y equilibrada. Creo que la ley, que es necesaria para todos, se transformó en un elemento de presión.”

Dijo: “no es la ley que se merece la democracia, ni por las motivaciones ni por la ley en sí misma”.

Por último, Miceli cierra con: “El espíritu de democratizar a los medios termina siendo una herramienta para perjudicar puntualmente a unos grupos de medios.”
Hace unos dias cuando se anuncio que Micelli se iba del grupo Clarin muchos creyeron que esto era una demostracion de su honestidad y blablabla... yo repito lo que dije en ese momento:Cuando el barco se hunde los primeros en abandonarla son las ratas...
Beto Martinez

miércoles, 14 de abril de 2010

Norberto Galasso: “Otra vez la sociedad argentina se parte en dos bandos”



Otra vez la sociedad argentina se parte en dos bandos. Otra vez, como tantas otras veces: morenistas y saavedristas, federales y unitarios, mitristas y autonomistas, irigoyenistas y conservadores, peronistas y gorilas. Otra vez se aparece claramente en el escenario político el antagonismo entre dos proyectos. Se me dirá probablemente que estos enfrentamientos provienen de la naturaleza propia de los países semicoloniales, dependientes –o del Tercer Mundo, como se los definía años atrás– y que se manifiestan de manera habitual. Es cierto, pero también es cierto que hay períodos en que no se muestran al desnudo y otros, en los cuales la confrontación adquiere rasgos contundentes. Y a eso apuntamos, a que vivimos un momento político donde la pugna adquiere mayor virulencia, donde resulta muy difícil sostener una posición independiente en las definiciones políticas concretas del día a día. La oposición al gobierno asume rasgos hoy destituyentes, redobla sus ataques para impedir gobernar, transforma una mayoría circunstancial en el Poder Legislativo en un acuerdo cuasigolpista, visita embajadas extranjeras, recurre a la intervención de la OEA, busca el camino del juicio político.

Desde hace varios años se manifiestan muy duramente algunos sectores de la oposición pero podía entenderse como una manera de ganar prosélitos para la próxima elección. Ahora, en cambio, va más allá: en nombre de las instituciones obstaculiza el funcionamiento de las instituciones pues nadie puede dudar de la legitimidad del mandato que la mayoría popular le otorgó a la Presidenta en el 2007. Busca, por todos los medios, interrumpir el camino de avance que se ha trazado –más allá de contradicciones y errores– en los dos gobiernos de los Kirchner.

¿A qué se debe esta virulencia, este acoso delirante, el “no se de qué se trata pero me opongo”, el “a este gobierno no le confío ni el pronóstico meteorológico”; que llega hasta el extremo de impugnar, sin fundamento alguno, el nombramiento de una economista de primera línea y conducta irreprochable, como Mercedes Marcó del Pont, para la presidencia del Banco Central? No es casualidad que esta furia opositora se haya despertado cuando el gobierno ha tomado medidas que profundizan su política: fútbol para todos, asignación por hijo, cuota extra para los jubilados a fin de año, avance en el juicio a los represores, repudio a la política británica en Malvinas, desendeudamiento, programa anticíclico que ha permitido sortear los peligros de la crisis económica mundial, ley de democratización de medios, plan de trabajo en cooperativas, política latinoamericanista. En este camino de la presidenta Cristina Fernández, la oposición ha percibido negros nubarrones que se levantan en el horizonte de sus posibilidades para el 2011. Por eso pega ahora, irritada, implacable, desaforada, recurriendo a todas las armas, aún las más miserables y canallescas.

Los argumentos con que dispara la artillería de la oposición son los de siempre, bien conocidos. Le achaca al gobierno: hegemonismo, personalismo, corrupción, altanería, prepotencia, falta de modales.

Pero, ¿quiénes son los que hacen estas imputaciones? Algunos son dirigentes radicales y de la Coalición Cívica que encontrándose la Argentina en conflicto con Gran Bretaña van a Londres a hacer reverencias al viejo y decadente Imperio, podríamos decir, si fuéramos deslenguados, traidores a la patria; otros son, responsables del endeudamiento y la destrucción de la economía argentina; los hay también cómplices de la política antipopular de De La Rúa con su ajuste centrado en la rebaja de sueldos y jubilaciones en un 13% y el soborno a legisladores, otros, en fin, y en esa “concertación” reaccionaria existen inclusos quienes responden a un contrabandista que han logrado ser sobreseídos por el poder de su dinero y hasta una ex ministra de trabajo enemiga de los trabajadores, en fin, todo un pasado que quiere volver, para lo cual no trepida en las alianzas más vergonzosas: desde un supuesto tecnócrata y supuesto historiador radical que se abraza con el padre de la mafia mientras éste, a su vez, aboga por liberar a los represores, hasta la reaparición del innombrable, gente ex Banca Morgan y el grupo mediático vinculado a Goldman Sachs bajo el delirio de una pitonisa de la política, sumado a los consabidos errores de la izquierda abstracta, repetidos ahora también por sectores de la llamada “centro izquierda”. Esta galería de “obras maestras del horror” pretende cerrar el camino de avance al pueblo argentino.

Dirá el lector seguramente, pero ¿cómo es posible semejante degradación de la mayoría de la dirigencia política y asimismo, de la mayoría de los periodistas convertidos en voceros del establishment? ¿Qué proyecto tienen?, quizás se pregunte. No existe proyecto alternativo a la vista en ese conglomerado de la oposición. En algunos casos, porque o que algunas cosas que sugerían tímidamente antes es lo que ha concretado el gobierno, que, con enormes dificultades, está cumpliendo y si sigue así, les termina su carrera política y de ahí a enjundia de la descalificación, su bronca. Están también los que sí tienen proyecto, muy claro: enfriar la economía, “el ajuste”, detener este avance que consideran “populista”, recuperar la institucionalidad del régimen semicolonial, someterse de nuevo a las directivas del FMI. romper relaciones con Venezuela y quebrar el Unasur, en algunos hasta retornar las “relaciones carnales con Estados Unidos”, disminuir o anular el protagonismo de la CGT y los movimientos sociales, su deseo más fervoroso: “Basta de negros”, “los oscuramente pigmentados”, como decía Reynaldo Pastor que pretenden ir Mar del Plata o tener gustos que son propios de la clase media seudoculta, cuyo status se desvanece ante la irrupción y avance, otra vez del “aluvión”, concluir con las retenciones porque cuando Biolcatti recorre sus estancias en avión genera “valor agregado” y la renta agraria diferencial es privilegio de unos pocos y por tanto, intocable.

Esta política destituyente se va a mantener y a agravar en la medida en que el gobierno profundice sus medidas y sean mayores sus posibilidades de reelección en el 2011.

De ahí la necesidad de articular las fuerzas nacionales y populares, tejer una red cada vez más sólida entre las organizaciones, publicar un órgano de difusión común, copar las plazas y calles con mesas de trabajo conjuntas. Esa es la tarea de la hora.

Por razones históricas que llevaría tiempo explicar, el gobierno de Néstor Kirchner y el de Cristina Kirchner han avanzado en muchas tareas, pero no han construido por abajo la gran fuerza popular que garantice la presencia y movilización de las multitudes para los momentos de crisis política.

Quizás sería demasiado pedirles que hayan hecho lo que hicieron y además, pudieran haber llevado una sociedad desintegrada, escéptica, sumamente golpeada, en el 2003 a una política de masas al estilo de Evo o de Chávez. Lo cierto es que la tarea que no se hace desde arriba, hay que hacerla desde abajo. Y ya.

En el escenario político-social se mueven miles de organizaciones populares, dispersas, convertidas en pequeñas islas que no se reconocen sino excepcionalmente aún cuando actúan en la misma provincia o aún en el mismo distrito.

Sólo la articulación de las mismas podrá otorgarles la fuerza suficiente como para arrasar en las urnas y en las calles y aventar todo peligro de restauración. Esa es la tarea que se impone, abdicando de falsos hegemonismos, de pequeños círculos, con gran generosidad, buscando las coincidencias principales y dejando las disidencias parciales para el futuro, cuando mejores aires soplen en la Argentina.

En otras palabras, el frente por abajo. Que no es el frente dogmático, al 100%, de las pequeñas organizaciones de izquierda testimoniales y abstractas, es decir, quienes postulan el frente perfecto y concluyen en el “frente consigo mismo”, sino un acuerdo entre quienes coinciden en lo principal y disienten en lo secundario.

Porque sólo así es posible conjugar una fuerza mayoritaria. No es suficiente ser la primera minoría –lo estamos viendo– si el resto de partidos con dirigentes no representativos y con ayuda de los medios, se “rejunta” para darnos batalla, como está ocurriendo, títeres manejados por el gran poder económico y mediático, poder interno y externo.

Esta articulación permitirá el gran debate ideológico y la recuperación de sectores sociales desorientados –azonzados, diríamos con Jauretche– por la artillería mediática y los mitos de la oposición: la ética propiciada por los que no son éticos, la generosidad predicada por los egoístas, el consenso sostenido por los que sólo ambicionan la restauración para ellos.

Allí está el único camino posible a transitar porque la esperanza abierta en el 2003 no puede ser interrumpida por las fuerzas del pasado.

martes, 13 de abril de 2010

Entendamos lo siguente:, de Alejandra Orlandi


Voy a tratar de ser lo mas explicativa posible, (tal vez por demás), y por ahí suene en muchos aspectos redundante, pero necesito que la gente de una vez y para todas entienda la importancia de la ley de servicio de comunicación audiovisual.
Los medios de comunicación masivos, producen una gran cantidad de masas, En nuestra vida cotidiana estamos permanentemente en contacto con estos medios masivos, y esto hace que los naturalicemos, y no nos detengamos a pensar el proceso que llevamos a cabo cuando recibimos los mensajes, ya que vivimos en una sociedad mediatizada.
Aunque a unos pocos les parezca favorable, por ejemplo a los monopolios, estamos ante un fenómeno llamado industria cultural.
Algunos pensadores lo ven como favorable, ya que se difunde la cultura, y que hoy en dia cualquiera tiene acceso a, por ejemplo, la mona lisa, ya que llego a aparecer hasta en un frasco de mermelada; por otro lado, la impronta artística del autor de la obra, se pierde, pero, eso es otro tema para debatir.
La industria cultural, consiguió su mejor aliado en los medios de comunicación, por su gran difusión. Y usted dirá, ¿Qué tiene de malo esto, vivimos en occidente donde rige el sistema capitalista, un sistema individualista donde cada quien defiende su ganancia?
Y es lo siguiente, los medios de comunicación, al crearse los multimedios perdieron su función, que es la de informar, y comenzaron a pensar en beneficios económicos propios, y aquí es donde entran los monopolios. Estos son agrupaciones de empresas con un fin determinado (desinformar).
Los monopolios estaban prohibidos hasta el gobierno de Carlos Me… (Por las dudas no completemos su nombre), que estratégicamente permitió la aglomeración de empresas creando así multimedios.
Pero nadie se puso a pensar en lo que el ciudadano, receptor, audiencia, o como le gsute mas llamar, que con inocencia alimenta el comercia de los mismos, hasta ahora y por eso están necesaria esta ley de medios.
De todos modos, cabe aclara que aun hay personas que hacen su trabajo desinteresadamente, sino, lo estaríamos mirando desde la imposibilidad de actuar, y créame, usted vive en democracias, y le guste a algunos o no, es el mejor sistema que podemos tener.
Espero haber sido clara. Un abrazo.
A. Orlandi

Un telegrama relaciona a Kissinger con la Operación Cóndor y un asesinato


A menudo los documentos que desclasifican las oficinas gubernamentales de USA provocan sorpresas, y a veces generan consecuencias. Habrá que seguir con atención lo de Henry Kissinger y un telegrama previo al asesinato de Orlando Letelier a manos de un comando militar chileno con apoyo de agentes de la CIA.
(Henry Alfred Kissinger (nacido en Fürth, Alemania, el 27/05/1923) es un político estadounidense de origen alemán. Fue secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, jugando un papel preponderante en la política exterior de Estados Unidos durante 1969 y 1977. Aun así, la controversia sobre su figura continúa, debido mayormente a la posible intervención de la CIA en varios golpes de estado sucedidos en Latinoamérica durante los años 70. Sus críticos le consideran como instigador de genocidios sistemáticos de grupos políticos. (...) Se acusa a Kissinger de muchas violaciones a los derechos humanos, y de ser instigador degenocidios sistemáticos de grupos políticos. El juez español Baltasar Garzón envió una comisión rogatoria referente a violaciones de los derechos humanos, pero el Departamento del Estado de EE.UU., la rechazó. Existen numerosas iniciativas que persiguen conseguir su procesamiento ante instancias judiciales internacionales, así como la retirada de su premio Nobel. (...) Henry Kissinger también es uno de los más conocidos miembros del Club Bilderberg junto aDavid Rockefeller. Ambos colaboraron de pleno con el príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld, junto con la Banca Rothschild, en los planes de nacimiento, organización y expansión del Club Bilderberg, entidad foco de una gran teoría conspirativa. Hoy por hoy conforman un sector de la directiva del mismo tan importante como temido (...)".

Wikipedia.

WASHINGTON (AP) -- El entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, canceló un aviso de Estados Unidos en contra de cometer asesinatos políticos a escala internacional que iba a ser enviado a Chile, Argentina y Uruguay días antes de que un ex embajador fuera asesinado por agentes chilenos en Washington en 1976, según un telegrama del Departamento de Estado.
Esa presunta cancelación del aviso es objeto de encendidos debates desde hace tiempo.

El telegrama del 16 de septiembre de 1976 fue descubierto recientemente por National Security Archive (archivo de seguridad nacional), una organización de investigación sin fines de lucro. El telegrama es uno de los miles de documentos que ya no son secretos del Departamento de Estado y que han sido abiertos al público recientemente.

En 1976, Chile, Argentina y Urugay llevaban a cabo un programa de represión conocido como Operación Cóndor, que tenía como blanco a opositores políticos a regímenes de toda Latinoamérica, Europa e incluso Estados Unidos.

Debido a información de la CIA, el Departamento de Estado temía que Cóndor incluyera planes de asesinatos políticos en todo el mundo. El Departamento de Estado formuló un plan para enviar a los tres gobiernos un mensaje claro de que no se involucraran en los asesinatos.

En el telegrama, el título de un párrafo es "Operación Cóndor", y va precedido por las palabras "KISSINGER, HENRY A. TEMA: ACCIONES TOMADAS". El telegrama declara que "el secretario rechazó la aprobación del mensaje a Montevideo", Uruguay, "y ha dado instrucciones de que no se tomen más medidas en este tema".

"El telegrama del 16 de septiembre es la pieza que faltaba al rompecabezas histórico sobre el papel de Kissinger en la acción, y pasividad, del gobierno estadounidense tras conocer los complots de los asesinatos Cóndor", dijo el sábado Peter Kornbluh, el analista principal del Archivo Nacional de Seguridad para Chile. Kornbluh es el autor de "El archivo Pinochet: Informe desclasificado sobre atrocidades y responsabilidad".

Jessica LePorin, una portavoz de Kissinger, dijo que el ex secretario de Estado ya lidió hace muchos años con cuestiones sobre la cancelación de los avisos a los gobiernos latinoamericanos y no tenía más comentarios que hacer al respecto.

Kissinger ha lidiado con el tema de forma indirecta.
William Rogers, su ex secretario de Estado adjunto, escribió en 2004 que Kissinger "no tuvo nada que ver" con un telegrama del 20 de septiembre de 1976 ordenando que los avisos a Chile, Argentina y Uruguay fueran cancelados. Rogers murió en 2007.

"Puede instruir" a los embajadores estadounidenses "para que no tomen más medidas" en Operación Cóndor, indicó el telegrama del 20 de septiembre escrito por Harry Shlaudeman, secretario de Estado adjunto para asuntos interamericanos, a su asistente.

Al día siguiente, el 21 de septiembre de 1976, agentes del general chileno Augusto Pinochet colocaron una bomba en un vehículo y la hicieron explotar en una calle de Washington, matando al ex embajador Orlando Letelier, y un colega estadounidense, Ronni Karpen Moffitt. Letelier era uno de los mayores críticos del gobierno de Pinochet.

Casi un mes antes de la explosión, el Departamento de Estado parecía convencido de querer enviar un claro mensaje a los gobiernos latinoamericanos involucrados en Operación Cóndor.
Un telegrama del Departamento de Estado del 23 de agosto de 1976 instruye a las embajadas estadounidenses en las capitales de Chile, Argentina y Uruguay a "establecer una cita lo antes posible con el funcionario principal apropiado, preferiblemente el mandatario".
El mensaje que iba a ser ofrecido: El gobierno estadounidense sabe que Operación Cóndor podría "incluir planes para el asesinato de subversivos, políticos y figuras importantes en ciertos... países y en el extranjero".

"Lo que estamos intentando evitar es una serie de asesinatos internacionales que podrían dañar seriamente el estatus internacional y reputación de los países involucrados", dijo Shlaudeman en un memorándum a Kissinger fechado el 30 de agosto de 1976.
El memorándum es mencionado en el telegrama del 16 de septiembre de 1976 con el nombre de Kissinger.
Temores por parte de los embajadores podrían haber llevado a la cancelación del planeado aviso.
En el memorándum del 30 de agosto de 1976, Shlaudeman menciona la posibilidad de que el embajador estadounidense en Uruguay ponga su vida en peligro al enviar un aviso en contra de los asesinatos. El embajador estadounidense en Chile dijo que Pinochet podría considerar un insulto cualquier sugerencia de que él estuviera involucrado en asesinatos.

lunes, 12 de abril de 2010

Luis Juez, esclavo de sus palabras y de Papel Prensa


El político que cimentó sus campañas y su imagen en el vacío ideológico, la “honestidad brutal”, la “lucha anticorrupción” y el chiste pelotudo. ¿Luis Juez terminará protagonizando la misma triste escena que José Corzo Gómez o el “Dipu” Varela Cid, pero con el plus del stand-up mediterráneo?

El mes pasado, Luis Juez fustigaba al Sultán Carlos por su ausencia en el Senado, que provocó la falta de quórum. Hace unos días, en el programa de Mauricio Goldfarb o Mauro Viale, Eduardo Menem lo empapeló con el siguiente comentario: “Juez fue dos veces representante del Estado en Papel Prensa durante la presidencia de Carlos Menem”, y en dos ocasiones “fue candidato en las boletas del menemismo”.

En efecto, Luis Juez se desempeñó como síndico en Papel Prensa, un monopolio cuyo accionista mayoritario es el Grupo Clarín, que actualmente le brinda un apoyo comunicacional espectacular. Según Eduardo Menem, el cordobés fue nombrado en dos oportunidades, en 1989 y en 1999, a pedido del propio Juez.

Fuera de eso, en una nota para el diario Miradas Al Sur (16/3/10), Eduardo Anguita tiraba datos demoledores sobre Juez: “El viernes 12 de junio, dos semanas y dos días antes de que Juez fuese consagrado senador nacional, los hermanos mellizos Luis y Daniel Juez fueron autorizados por el Bank of America para pedir el balance (en inglés; es decir, el saldo) de la cuenta de Lantral Inc. y tuvieron la sabrosa respuesta: U$S 751.116,81. Cabe aclarar que el Bank of America no tiene oficinas comerciales en Argentina y que la sociedad para la cual Juez pidió el saldo al llevar la palabra Inc. (Incorporated) se refiere a una sociedad anónima pero no registrada en Argentina sino en algún lugar donde las compañías se registran en inglés. Es decir, se trató de una operación off shore, de dinero de una sociedad inscripta en algún otro lugar del planeta y en una cuenta de un banco que no opera en Argentina”. (…)

“11 minutos después, los mellizos Juez realizaron una operación melliza. Esta vez a través del Delta Bank y también para Lantral Inc. El saldo de esa cuenta no estaba nada mal: U$S 1.418.151,36. El Delta Bank tiene su casa matriz en Nueva York y sucursales en algunos paraísos fiscales, como Ginebra, Suiza, y las Islas Caimán. (…) Una hora y media antes de los requerimientos de saldo de Luis y Daniel Juez, este último, hizo una operación similar, nada más que junto a Martín Cartada. Juez y Cartada fueron autorizados en esa oportunidad por el BNP Paribas & Trust Bahamas Ltd. a conocer el balance de la cuenta que Displak Inc. (otra sociedad anónima inscripta fuera de la Argentina) y el resultado fue formidable. Nada menos que U$S 2.921.114,81 (…) el senador cordobés todavía no presentó su declaración jurada ante la Cámara alta”.

Hay, también, una excelente nota de Mariano Saraiva para el diario El Argentino (15/3/10), que lo pinta de cuerpo entero: (…) “Luis Alfredo Juez, tan reacio a definirse ideológicamente, tan pragmático como para sentarse hoy al lado de Adolfo Rodríguez Saá, mañana al lado de Elisa Carrió y pasado al lado de Pino Solanas. Aunque en realidad, últimamente ellos tampoco se diferencian demasiado por lo que se ve de sus acciones en la Patria Congresista. Con un pasado siempre dentro del Partido Justicialista, siempre al lado de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, desde que armó su proyecto propio, Juez optó por el vacío ideológico, y se presenta como adalid de la ‘nueva política’ y de la lucha ‘anticorrupción’. (…) Por eso es que este escándalo de los cinco millones de dólares en paraísos fiscales lo golpea mucho más que al común de los políticos. Porque hizo de su supuesta conducta intachable su única bandera”.

Luis Juez es “hijo de Gabriel Juez, suboficial del Ejército, siguió la tradición familiar y entró, junto a su hermano mellizo Daniel, al Liceo Militar General Paz, en 1977 durante la más dura y cruel dictadura. En ese contexto y con esos valores se educó. El autoerigido en exponente de la ‘nueva política’ hizo toda la carrera que hace cualquier político común: entró a la JP a los 17 años y siete años más tarde llegó a presidirla en 1987. Pero su salto a la política grande fue en la década del ’90. Primero acompañó a Juan Schiaretti como asesor en 1993 durante la menos cuestionada intervención federal de Santiago del Estero. En 1994 entró a la Legislatura en reemplazo del renunciante diputado Esteban Llamosas y luego Carlos Menem y Domingo Cavallo, a mediados de la década, lo nombraron como síndico de Papel Prensa. En 1996, mientras era contemporáneamente diputado provincial y representante del Estado en Papel Prensa, los legisladores provinciales aprobaron un aumento en sus dietas a cambio de una dedicación exclusiva. Entonces, aduciendo que estaba en contra de ese aumento, renunció a su banca pero siguió en su cargo dentro de la administración nacional. Es decir, renunció a un mandato del pueblo para privilegiar el cargo de funcionario menemista”.

Durante su gestión como intendente de la ciudad de Córdoba, Juez nombró como director de Espectáculos Públicos a Oscar Cuassolo, “un ex miembro del tenebroso Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba, uno de los principales centros clandestinos de detención, tortura y muerte de los años ’70. Cuando saltó públicamente ese escándalo, Juez atinó a decir que no conocía el pasado de Cuassolo. El terrorismo de Estado empezó en Córdoba antes que en el resto del país, porque el 28 de febrero de 1974 se produjo un verdadero golpe de Estado policial a cargo del entonces jefe de la Policía de Córdoba: Antonio Domingo Navarro. El recordado Navarrazo que derrocó a Ricardo Obregón Cano y Atilio López. Entonces, a la distancia, uno puede atar cabos y vincular lo de Cuassolo con las recientes declaraciones de Luis Juez ya como senador nacional”.

“Tan reacio a definirse ideológicamente, en un rapto de sinceridad admitió también cuál es el modelo que defiende, en contraposición al actual: ‘Comparando a las dos presidentas que hemos tenido los argentinos (Cristina Fernández de Kirchner y María Estela Martínez de Perón), esta mujer (Kirchner) ha hecho de la soberbia, de la petulancia, de la grosería, del agravio, de la injuria y de la ofensa un mecanismo de construcción política que, lejos de construir para la unión, lo único que hace es dividir a los argentinos’. ‘Tengo 46 años, mi recuerdo de Isabel Perón es borroso, pero debo decirle que capaz que termina la historia diciendo que aquella mujer hizo un mejor papel, conforme a las circunstancias, que el que termina haciendo Cristina Kirchner. Por lo menos (Isabelita), no era tan presuntuosa, no se vendía de que era tan inteligente’ (www.mdzol.com/mdz/nota/188669/ , 6/2/10). Para contextualizar un modelo y el otro, estamos obligados a recordar que en 1975, el gobierno de Isabelita lanzó el Rodrigazo, un duro golpe económico a los trabajadores, y el decreto de ‘exterminio a la subversión’, puntapié inicial en lo oficial del terrorismo de Estado. Ese es el modelo que se compara con éste, que en lo económico ha venido mejorando la situación de las clases medias y trabajadoras y que en el plano de los derechos humanos, abrió el camino a la verdad y la justicia y acaba de recuperar al nieto 101”.

Y más: (...) "En medio del sainete Redrado-Banco Central, en declaraciones al canal TN, al cual es permanentemente invitado, se animó a disparar: ‘Estamos dispuestos a llevar adelante y promover el juicio político a la Presidenta en caso de que ella insista en violar la Carta Orgánica (del Banco Central) y no respete puntualmente su articulado’. Un argumento muy parecido al usado por los golpistas hondureños cuando acusaron a José Manuel Zelaya de violar la constitución de su país al convocar a un referéndum, o al usado por los golpistas del Congreso paraguayo que también amenazan con un juicio político al presidente Fernando Lugo”.

domingo, 11 de abril de 2010

MACRI AUMENTÓ LOS SUBSIDIOS PARA ESCUELAS PRIVADAS


Mientras el presupuesto general educativo desciende,los colegios religiosos y de alto poder económico reciben cada vez más.
La educación pública no es Pro. Y cada vez queda más claro. Por lo menos esto es lo que se deduce del contundente balance sobre la política educativa del gobierno porteño que realizaron los legisladores coordinados por Francisco “Tito” Nenna, del Encuentro Popular para la Victoria. “Hay un claro deterioro de la educación pública, así como en todas las políticas públicas que hacen a los derechos sociales. Se debilita lo público con medidas de corte privatizador. No sólo hay un descenso de la inversión en infraestructura sino que hay subejecución del presupuesto. Discriminan a los sectores más vulnerables de la población”, explicó el dirigente.


En el balance se detalla críticamente el manejo del Ejecutivo porteño en un tema tan sensible como la educación. Algunos ejemplos:


- Para el 2008 se había asignado una inversión de 251,6 millones de pesos en materia de infraestructura escolar. Sólo fue ejecutado el 57,7%. Al año siguiente, asignaron menos: $ 199 millones, de los cuales ejecutaron 72,1%. Para este año, destinaron $ 159 millones.


- El crecimiento de las transferencias a las escuelas privadas es llamativo. En 2007, antes de que asumiera Macri, se habían asignado 604 millones de pesos. En 2008 el monto pasó a ser de 802 millones.

Este año se asignaron 5 millones más. Y se incrementará un 15 por ciento, ya que se modifica de acuerdo con los aumentos salariales. O sea, alcanzaría a 928 millones. Entre los subsidiados se destacan escuelas confesionales y algunas a las que concurren alumnos

provenientes de familias de alto poder adquisitivo, como por ejemplo el San Columba, el Colegio Guadalupe, el Instituto Summa, el Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y el Martín Buber, instituciones que cobran aranceles que no bajan de los 500 pesos mensuales y llegan a

superar los mil.


- Los subsidios a las escuelas privadas se concentraron en distritos ricos o de clase media y media alta, lo que incluye a barrios como Núñez, Belgrano y Palermo, en desmedro de lugares con poblaciones más pobres, como Villa Lugano, Barracas, La Boca y San Telmo.


- En la Dirección General de Infraestructura Escolar se duplicó la planta de autoridades y asesores al desdoblarse en dos direcciones generales, al tiempo que se redujo en más de un 60 por ciento el personal.


- El Plan Integral que comprende en cada etapa veinte escuelas, implica la licitación simultánea del proyecto, la obra y el mantenimiento. Esto genera mayor costo de obra e impide un adecuado control posterior de vicios ocultos, ya que la misma contratista que construye es la que tiene a su cargo el mantenimiento.


- Hay un vaciamiento presupuestario de programas, como el de Acción Comunitaria y Asistencia Alimentaria, lo que generó la disminución de la cantidad y calidad de las viandas escolares. También se redujo el presupuesto del programa de Educación Sexual, del Instituto Espacio para la Memoria y el de Investigación y Educación para la prevención, que depende de la Subsecretaría de Derechos Humanos.

Veintitrés.

El imperio del consumo. Eduardo Galeano


El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar.


La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble.

La parranda aturde y nubla la mirada; esta gran borrachera universal parece no tener límites en el tiempo ni en el espacio. Pero la cultura de consumo suena mucho, como el tambor, porque está vacía; y a la hora de la verdad, cuando el estrépito cesa y se acaba la fiesta, el borracho despierta, solo, acompañado por su sombra y por los platos rotos que debe pagar.

La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera. El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los suelos, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo.

El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus imperiosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi todos esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor.

La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo.

El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica.

EE.UU consume la mitad de los sedantes, ansiolíticos y demás drogas químicas que se venden legalmente en el mundo, y más de la mitad de las drogas prohibidas que se venden ilegalmente, lo que no es moco de pavo si se tiene en cuenta que EE.UU apenas suma el 5 % ciento de la población mundial.

«Gente infeliz, la que vive comparándose», lamenta una mujer en el barrio del Buceo, en Montevideo. El dolor de ya no ser, que otrora cantara el tango, ha dejado paso a la vergüenza de no tener. Un hombre pobre es un pobre hombre.

«Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada», dice un muchacho en el barrio Villa Fiorito, de Buenos Aires. Y otro comprueba, en la ciudad dominicana de San Francisco de Macorís: «Mis hermanos trabajan para las marcas. Viven comprando etiquetas, y viven sudando la gota gorda para pagar las cuotas».

Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabilidad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantesca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación. Según la revista científica The Lancet, en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado.

El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico.

Triunfa la basura disfrazada de comida: esta industria está conquistando los paladares del mundo y está haciendo trizas las tradiciones de la cocina local. Las costumbres del buen comer, que vienen de lejos, tienen, en algunos países, miles de años de refinamiento y diversidad, y son un patrimonio colectivo que de alguna manera está en los fogones de todos y no sólo en la mesa de los ricos.

Esas tradiciones, esas señas de identidad cultural, esas fiestas de la vida, están siendo apabulladas, de manera fulminante, por la imposición del saber químico y único: la globalización de la hamburguesa, la dictadura de la fast food. La plastificación de la comida en escala mundial, obra de McDonald’s, Burger King y otras fábricas, viola exitosamente el derecho a la autodeterminación de la cocina: sagrado derecho, porque en la boca tiene el alma una de sus puertas.

El campeonato mundial de fútbol del 98 nos confirmó, entre otras cosas, que la tarjeta MasterCard tonifica los músculos, que la Coca-Cola brinda eterna juventud y que el menú de McDonald’s no puede faltar en la barriga de un buen atleta. El inmenso ejército de McDonald’s dispara hamburguesas a las bocas de los niños y de los adultos en el planeta entero. El doble arco de esa M sirvió de estandarte, durante la reciente conquista de los países del Este de Europa. Las colas ante el McDonald’s de Moscú, inaugurado en 1990 con bombos y platillos, simbolizaron la victoria de Occidente con tanta elocuencia como el desmoronamiento del Muro de Berlín.

Un signo de los tiempos: esta empresa, que encarna las virtudes del mundo libre, niega a sus empleados la libertad de afiliarse a ningún sindicato. McDonald’s viola, así, un derecho legalmente consagrado en los muchos países donde opera. En 1997, algunos trabajadores, miembros de eso que la empresa llama la Macfamilia, intentaron sindicalizarse en un restorán de Montreal en Canadá: el restorán cerró. Pero en el 98, otros empleados de McDonald’s, en una pequeña ciudad cercana a Vancouver, lograron esa conquista, digna de la Guía Guinness.

Las masas consumidoras reciben órdenes en un idioma universal: la publicidad ha logrado lo que el esperanto quiso y no pudo. Cualquiera entiende, en cualquier lugar, los mensajes que el televisor transmite. En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo.

Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. Tiempo libre, tiempo prisionero: las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. Pobres y ricos conocen, así, las virtudes de los automóviles último modelo, y pobres y ricos se enteran de las ventajosas tasas de interés que tal o cual banco ofrece.

Los expertos saben convertir a las mercancías en mágicos conjuntos contra la soledad. Las cosas tienen atributos humanos: acarician, acompañan, comprenden, ayudan, el perfume te besa y el auto es el amigo que nunca falla. La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados. Los agujeros del pecho se llenan atiborrándolos de cosas, o soñando con hacerlo.

Y las cosas no solamente pueden abrazar: ellas también pueden ser símbolos de ascenso social, salvoconductos para atravesar las aduanas de la sociedad de clases, llaves que abren las puertas prohibidas. Cuanto más exclusivas, mejor: las cosas te eligen y te salvan del anonimato multitudinario. La publicidad no informa sobre el producto que vende, o rara vez lo hace. Eso es lo de menos. Su función primordial consiste en compensar frustraciones y alimentar fantasías: ¿En quién quiere usted convertirse comprando esta loción de afeitar?

El criminólogo Anthony Platt ha observado que los delitos de la calle no son solamente fruto de la pobreza extrema. También son fruto de la ética individualista. La obsesión social del éxito, dice Platt, incide decisivamente sobre la apropiación ilegal de las cosas. Yo siempre he escuchado decir que el dinero no produce la felicidad; pero cualquier televidente pobre tiene motivos de sobra para creer que el dinero produce algo tan parecido, que la diferencia es asunto de especialistas.

Según el historiador Eric Hobsbawm, el siglo XX puso fin a siete mil años de vida humana centrada en la agricultura desde que aparecieron los primeros cultivos, a fines del paleolítico. La población mundial se urbaniza, los campesinos se hacen ciudadanos. En América Latina tenemos campos sin nadie y enormes hormigueros urbanos: las mayores ciudades del mundo, y las más injustas. Expulsados por la agricultura moderna de exportación, y por la erosión de sus tierras, los campesinos invaden los suburbios.

Ellos creen que Dios está en todas partes, pero por experiencia saben que atiende en las grandes urbes. Las ciudades prometen trabajo, prosperidad, un porvenir para los hijos. En los campos, los esperadores miran pasar la vida, y mueren bostezando; en las ciudades, la vida ocurre, y llama. Hacinados en tugurios, lo primero que descubren los recién llegados es que el trabajo falta y los brazos sobran, que nada es gratis y que los más caros artículos de lujo son el aire y el silencio.

Mientras nacía el siglo XIV, fray Giordano da Rivalto pronunció en Florencia un elogio de las ciudades. Dijo que las ciudades crecían «porque la gente tiene el gusto de juntarse». Juntarse, encontrarse. Ahora, ¿quién se encuentra con quién? ¿Se encuentra la esperanza con la realidad? El deseo, ¿se encuentra con el mundo? Y la gente, ¿se encuentra con la gente? Si las relaciones humanas han sido reducidas a relaciones entre cosas, ¿cuánta gente se encuentra con las cosas?

El mundo entero tiende a convertirse en una gran pantalla de televisión, donde las cosas se miran pero no se tocan. Las mercancías en oferta invaden y privatizan los espacios públicos. Las estaciones de autobuses y de trenes, que hasta hace poco eran espacios de encuentro entre personas, se están convirtiendo ahora en espacios de exhibición comercial.

El shopping center, o shopping mall, vidriera de todas las vidrieras, impone su presencia avasallante. Las multitudes acuden, en peregrinación, a este templo mayor de las misas del consumo.

La mayoría de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoría compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. El gentío, que sube y baja por las escaleras mecánicas, viaja por el mundo: los maniquíes visten como en Milán o París y las máquinas suenan como en Chicago, y para ver y oír no es preciso pagar pasaje.

Los turistas venidos de los pueblos del interior, o de las ciudades que aún no han merecido estas bendiciones de la felicidad moderna, posan para la foto, al pie de las marcas internacionales más famosas, como antes posaban al pie de la estatua del prócer en la plaza.

Beatriz Solano ha observado que los habitantes de los barrios suburbanos acuden al center, al shopping center, como antes acudían al centro. El tradicional paseo del fin de semana al centro de la ciudad, tiende a ser sustituido por la excursión a estos centros urbanos. Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta donde no son convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la cápsula espacial que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado un paisaje alucinante de modelos, marcas y etiquetas.

La cultura del consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso mediático. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen en un parpadeo, para ser reemplazadas por otras cosas de vida fugaz. Hoy que lo único que permanece es la inseguridad, las mercancías, fabricadas para no durar, resultan tan volátiles como el capital que las financia y el trabajo que las genera.

El dinero vuela a la velocidad de la luz: ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién sabe, y todo trabajador es un desempleado en potencia. Paradójicamente, los shoppings centers, reinos de la fugacidad, ofrecen la más exitosa ilusión de seguridad. Ellos resisten fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche y sin día y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo.

Los dueños del mundo usan al mundo como si fuera descartable: una mercancía de vida efímera, que se agota como se agotan, a poco de nacer, las imágenes que dispara la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza, sin tregua, al mercado.

Pero, ¿a qué otro mundo vamos a mudarnos?

¿Estamos todos obligados a creernos el cuento de que Dios ha vendido el planeta a unas cuantas empresas, porque estando de mal humor decidió privatizar el universo?

La sociedad de consumo es una trampa cazabobos. Los que tienen la manija simulan ignorarlo, pero cualquiera que tenga ojos en la cara puede ver que la gran mayoría de la gente consume poco, poquito y nada necesariamente, para garantizar la existencia de la poca naturaleza que nos queda. La injusticia social no es un error a corregir, ni un defecto a superar: es una necesidad esencial. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.

jajajajajjajaj!!! que buen video para carrio...

GOLPEAR LA PUERTA DE LOS JUZGADOS. ESCRIBE GUSTAVO LÓPEZ, SUBSECRETARIO GENERAL DE LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN

LA BATALLA POR LA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL DEBE INSCRIBIRSE EN ESTA PUJA POR EL PODER, POR SU DEMOCRATIZACIÓN O POR SU CONCENTRACIÓN, Y DESPUÉS DE PELEARSE CASI 25 AÑOS EN EL CONGRESO, HOY LOS CONFLICTOS DE INTERESES SE DISPUTAN EN LOS TRIBUNALES.

La frase resuena en los oídos rememorando aquella otra tan típica de los desencuentros argentinos, la de golpear la puerta de los cuarteles, pero aunque pudiera parecer exagerado no es una casualidad.

Durante muchos años, el conflicto de intereses en nuestro país se dirimió a través del partido militar. Cuando los grupos concentrados de nuestra economía creyeron que la democracia ya no podía ser funcional a sus intereses, recurrieron a los golpes de Estado, que se fueron desarrollando a lo largo de medio siglo con la consiguiente degradación del sistema institucional y moral, hasta llegar en 1976 a cometerse los crímenes más aberrantes que la condición humana pudiera imaginar.

En los últimos 25 años de democracia, el conflicto de intereses se expresó en “golpes de mercado”, levantamientos carapintadas, sumisión al neoliberalismo y estallidos sociales que pusieron al país al borde de la disolución. Sin embargo, en los últimos años (post-crisis) se pudieron llevar adelante reformas económicas, políticas y sociales que revirtieron el discurso hegemónico y el del fin de las utopías.

Pero cuando el país recobró la estabilidad macroeconómica, volvieron a la superficie de manera muy violenta las pujas por intereses sectoriales o particulares, que cuestionan el ejercicio del poder político. Lisa y llanamente, vienen por todo.

La batalla por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual debe inscribirse en esta puja por el poder, por su democratización o por su concentración, y después de pelearse casi 25 años en el Congreso, hoy los conflictos de intereses se disputan en los Tribunales. El problema es que en un estado de derecho, la Justicia debe aplicar las leyes, pero cuando esto no ocurre, cuando la Cámara Federal de Mendoza toma partido por la defensa de los grupos económicos en desmedro de las grandes mayorías y encima lo hace violando la Constitución, estamos frente a un problema institucional similar al de los “golpes de las puertas”.

El fallo de la Cámara es un disparate jurídico, pero básicamente es un tema político. Un diputado nacional, Enrique Thomas, luego de perder una votación en la cual no quiso participar, para deslegitimarla, recurrió a la Justicia de su provincia para que suspenda la aplicación de la ley. En nuestro sistema, los jueces velan por la constitucionalidad de la norma. Frente a un particular supuestamente damnificado, se puede suspender la aplicación de algún artículo de la ley para ese individuo en particular, hasta tanto se dirime la cuestión.

En este caso, la jueza primero y la Cámara después se convirtieron en un suprapoder legislativo, derogando de hecho la ley que sancionó el Congreso y reponiendo la que había firmado Videla, que a su vez había sido derogada por el Congreso.

Este no es un trabalenguas, sino una cuestión institucional muy seria, ya que, de extenderse esta práctica, los jueces podrían decidir la suspensión de todas aquellas leyes que afecten determinados intereses, reemplazando al Congreso nacional y convirtiéndose en parte del conflicto.
La gravedad institucional se acentúa porque fueron algunos diputados y no las empresas los que propiciaron la medida. Si bien es cierto que hoy algunos partidos se han vaciado de contenido y se convirtieron en meros voceros de los intereses empresariales, no es menos cierto que el deterioro en los roles institucionales los pagamos todos. El diputado, en definitiva, está festejando que la Justicia cierre el Congreso o anule su funcionamiento.

Esta película ya la vivimos. Antes el Congreso era cerrado por un militar en defensa de los intereses económicos concentrados, hoy es desactivado por los jueces en defensa de los mismos intereses económicos concentrados. La responsabilidad para que esto no ocurra es del sistema político. Obviamente que confiamos en esta Corte, que ha demostrado su apego al derecho en cada uno de los fallos que tuvo que emitir, pero no se le puede exigir lo que corresponde a los miembros del Poder Legislativo y a los partidos políticos.

La pelea por la democratización en el acceso a los medios es central en una democracia participativa. Necesitamos movilizarnos nuevamente alrededor de este tema que no sólo se va a resolver en la Justicia sino que, como forma parte de una disputa más grande, sólo se resuelve con la participación política de las grandes mayorías. La redistribución de la palabra es indispensable en la lucha por la redistribución de la riqueza.

Hemos aprendido en todos estos años que la democracia se construye día a día.

Por Gustavo López - Subsecretario general de la Presidencia.