domingo, 14 de marzo de 2010

OTRA DICTADURA APOYADA POR OBAMA E IGNORADA POR EL RESTO DEL MUNDO


La Marcha Roja es un nuevo capítulo en la larga crisis política de Tailandia, iniciada con el golpe de Estado, apoyado por EEUU, que en 2006 derrocó al 1er. ministro Thaksin Shinawatra.

Sus partidarios, sobre todo campesinos de las provincias del norte del país, han luchado desde entonces por restituir en el poder al presidente electo democraticamente.
Ni su condena por corrupción, condena durante la actual dictadura, han logrado mermar la fe que la Tailandia rural tiene en un político popular y carismático.

Le atribuyen medidas sociales como la extensión de créditos agrarios y la extensión de la sanidad pública, pero sobre todo creen que fue el primer político moderno tailandés que prestó atención a sus problemas.

Para los 'camisetas rojas' como se autodenominan los seguidores de Thaksin, la suya es una lucha entre las clases desfavorecidas y campesinas y la elite de Bangkok, representada por sus rivales los 'camisetas amarillas' los sectores monárquicos y la burocracia estatal.
La manifestación es vista como su última oportunidad de tumbar al Gobierno.
Su movimiento empieza a mostrar signos de agotamiento y falta de fondos.La indiferencia mundial vuelve desigual la lucha contra el Gobierno, la elite, el aparato del Estado y el Ejército que reciben el apoyo yankee.

Por eso el ultimátum al Gobierno para que renuncie y convoque elecciones antes del mediodía del lunes 15/03. De lo contrario, aseguran, paralizaran el corazón del país y tomaran los 'símbolos de poder' por la fuerza.

El Gobierno de Tailandia estudia la declaración del estado de emergencia para dotar a los cerca de 50.000 policías y militares desplegados de medidas extraordinarias.

La orden daría al Ejército la capacidad de prohibir manifestaciones, cerrar medios de comunicación y evitar por la fuerza escenas de caos en las calles.

Los cronistas extranjeros reportan que la ciudad permanece bajo un estado de tensa calma: los colegios cerraron el pasado viernes 12/03, la actividad se ha paralizado y las calles permanecen inusualmente vacías ante el temor a incidentes.

El Frente Unido a favor de la Democracia y contra la Dictadura, dirigido desde el exilio por Thaksin, había prometido llevar Bangkok a un millón de personas.

Aunque todo indica que no han llegado a esa cifra, los más de 200.000 fieles reunidos cuatriplican en número a las fuerzas de facto y parecen tener la determinación de extender su desafío durante varios días fuera necesario.

Uno de los líderes visibles de la Marea Roja es Veera Musikapong y advierte que la situación puede ser incontrolable.

Los principales miembros del Gobierno, incluido el primer ministro Abhisit Vejjajiva, han abandonado sus residencias oficiales para dirigir la crisis desde un lugar seguro.

La anterior protesta multitudinaria de la oposición, hace 1 año, terminó con dos muertos, decenas de heridos y graves enfrentamientos en el centro de la ciudad.

El Gobierno ha pedido a los manifestantes que mantengan la calma, asegurando que cualquier provocación será respondida por las fuerzas del orden.

"Si irrumpen en comisarías o cuarteles, las fuerzas gubernamentales tienen órdenes de desalojarles de inmediato, les consideramos terroristas", desafió el vice 1er. ministro de la dictadura, Suthep Thaugsuban.

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