sábado, 20 de marzo de 2010

Luis Labraña El montonero de Cecilia Pando


Luchó por la patria socialista pero hoy niega el terrorismo de Estado y defiende a los militares que mataron a sus compañeros. “Son presos políticos”, sentencia. De combatiente de la guerrilla peronista a militante procesista.
Luis Labraña enciende su grabador a la par que este cronista. “No te molesta que grabe, ¿no?”, pregunta desconfiado. Tiene una mirada dura que apenas relaja cuando sonríe, ojeras de noches maldormidas y el pelo gris peinado hacia atrás. Dice no arrepentirse de su pasado, ese que vivió en las Fuerzas Armadas Peronistas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Montoneros –donde cuenta que conoció y entabló una amistad “de años” con Francisco “Paco” Urondo–, y el mismo que lo encontró apresado, durante cuatro meses, en febrero de 1973 y que lo llevó al exilio en el ’77.

Es más: “Es glorioso”, desafía y comenta que a su hijo le puso Mariano, su alias en plena dictadura. Quizás por esa afirmación cueste aún más entender su presente, encolumnado detrás de sus enemigos de ayer. Tanto que su propio relato conformó un capítulo del libro Volver a matar, del ex jefe de la SIDE Juan Bautista “Tata” Yofre; sirvió para convertirlo en presentador de la misma obra, momento durante el cual negó el terrorismo de Estado y afirmó que en los setenta “existió una guerra”; y hasta bastó para acercarlo a la polémica Cecilia Pando, con quien visitó Campo de Mayo para exigir la libertad de los militares enjuiciados por cometer crímenes de lesa humanidad.
“Ellos son presos políticos. Acá hubo una guerra y creo que hace falta una pacificación. Para mí está mal castigar a los militares que cumplieron la obediencia debida. Hay que ceder todo lo que podamos y tratar de reconstruir el país para que las nuevas generaciones arranquen de cero”, asegura.

–¿Entonces avala la teoría de los dos demonios?

–No había dos demonios. Había dos ángeles que pelearon por la custodia de la patria y un demonio al acecho. Todo lo contrario.

–¿Cómo distribuye los papeles?

–El demonio sería la sociedad, políticos en el poder. Nosotros, los que combatimos, los ángeles. Los que creíamos en una patria socialista y los que combatieron con el aparato del Estado. Los dos demonios son dos enfermos mentales, dos salvajes que pelean al margen de la sociedad, mientras que los dos ángeles tienen una connotación bonachona, de entrega.

–Lo curioso es que nivele a las partes, cuando uno tenía en su poder al aparato del Estado.

–El aparato del Estado es la defensa del Estado. El Estado está en manos del poder del momento. Si nosotros hubiéramos tomado ese poder, hubiéramos reprimido con la misma fuerza.

–O sea que para usted no existió el terrorismo de Estado…

–No. Fue un estado que aplicó el rigor de toda la ley.

Labraña, que hoy dirige el Centro Cultural Boedo y se recibió de licenciado en Lingüística en Holanda durante su exilio, regresó al país en 1994. Entonces su vida se cruzó con la de Yofre, “de casualidad”, aclara. El ex montonero daba clases de Tango y Política en la Academia Nacional del Tango y reemplazó al hermano del “Tata” Yofre en una de las cátedras. Tiempo después, la esposa de Labraña, Ana Sebastián, se cruzó con el ex SIDE y mantuvieron una larga conversación.

Después, llegó un llamado: “Un día sonó el teléfono en casa y era el Tata. Habían pasado algunos meses del encuentro que había tenido con mi mujer. Yofre me contó sobre su libro y como yo era sobreviviente de la redada que en los setenta hicieron en la quinta Dixie me preguntó si aceptaría un reportaje a grabador abierto, sin tapujos. Y así fue”, recuerda.

–¿Nunca trabajó en la SIDE?

–Pelotudeces no…

El derrotero previo a la experiencia tanguera de Labraña incluye un cargo como líder en una unidad básica de combate y su paso por la Brigada de Investigaciones de Martínez, donde lo encarcelaron tras la redada en Dixie. “Nosotros jugamos. Vimos que estaba la banca, apostamos y perdimos. Eso es así. No hay que darle más vueltas. A no llorar. Yo no lloro”, sentencia.

–Su nombre también apareció vinculado al caso Rucci. ¿Por qué?

–Eugenio Méndez escribió el libro Memorias de un montonero y me vinculó con la muerte de Rucci. Ahí dice que Julio Roqué fue uno de los que mató a Rucci. Roqué era montonero y cayó conmigo en la quinta, junto a Urondo, al que me había presentado Lidia Mazzaferro. ¿Qué sucede? Méndez dice que a Roqué lo acompañaba una columna de FAR Capital. Eso no existía. No sé quién apretó el gatillo, pero a Rucci lo mató alguien de Montoneros o las FAR, que se habían aliado a los monto en la cárcel pero no lo habían hecho oficial.

Hoy Labraña, afiliado al Partido Justicialista, está de la otra vereda. De la misma que Yofre y que Pando, con quien compartió varios cafés, uno de los cuales en compañía de su esposo, el ex mayor del Ejército Pedro Mercado, que escribió un extenso artículo reconociendo las virtudes actuales del ex montonero. “Desde mis encuentros con Pando –asegura–, tiene un discurso menos combativo.”

–Es curioso, sobre todo, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, Pando amenazó al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde…

–No lo vi pero tengo entendido que le dijo que lo iba a hacer mierda. A veces, en una tribuna de fútbol, unos le gritan a otros ‘te vamos a matar hijo de puta’.

–¿Y es válido? Además, no hay que perder de vista que Pando reivindicó la dictadura en un juicio por crímenes de lesa humanidad.

–Pero el secretario de Derechos Humanos tiene un poder que no tiene Pando. Cuando vos no tenés poder, vas a ser más hiriente y agresivo. Si tenés el poder, en cambio, tenés el colchón suficiente para que la agresión sea mucho más suave.

–¿Cree lo mismo de los militares?

–No digo que los militares no hayan sido cruentos. ¿Pero la vio a Pando las últimas dos veces, en Mar del Plata y en Corrientes? Observe si tiene la misma actitud agresiva o busca más concordia.

–¿Defiende esa última opción?

–Creo en eso firmemente. Pagaré consecuencias sociales, perderé amigos o mucha gente no querrá hablar conmigo. Pero así lo creo y así lo voy a sostener. La Argentina está dividida, cuando es hora de barajar y dar de nuevo. Así como un sector puede considerar que los militares fueron criminales también el otro puede creer que nosotros lo éramos.

–¿Y qué le diría a las Abuelas de Plaza de Mayo, que siguen buscando a sus nietos apropiados por militares?

–Que sigan buscando.
Por Franco Mizrahi 13-08-2009

5 comentarios:

  1. FLOR DE TRIDOR ....HIJO DE PUTA....

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  2. Ya que es tan amigo de los milicos genocidas porque no les pregunta dónde están todos los nietos que se robaron y que Pando reivindica

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  3. INENTENDIBLE PARA MI, QUE QUE TENGA UN DISCURSO PACIFISTA, VAYA Y PASE, PERO QUE SE PONGA DEL LADO DE LOS ASESINOS, ES AVALAR TODAS LAS PRÁCTICAS ABERRANTES DE LAS QUE FUERON CAPACES Y DE LAS QUE AÚN HOY SEGUIMOS TENIENDO CONSECUENCIAS, ES EL DOLOR QUE NO CESA, Y NO CESARÁ HASTA QUE ESTEN TODOS LOS QUE TENGAN QUE ESTA EN LA CARCEL COMÚN.
    ¿JUSTIFICA LA ACTITUD DE PANDO, POR SU "DOLOR" Y EL NO TENER EL COLCHON DE PODER, QUE SUPUESTAMENTE TIENE DUHALDE?
    ¿Y NO HABLA DEL DOLOR DE LAS MADRES, QUE BUSCABAN A SUS HIJOS, DE LAS ABUELAS BUSCANDO A SUS NIETOS, ESA PROLONGACIÓN DE VIDA DE LOS QUE NO HAN DE VOLVER?
    JUSTIFICA ENTONCES, LAS TORTURAS, LAS VIOLACIONES, Y TODOS LOS HORRORES COMETIDOS...
    ALIARSE CON PANDO? DEAMBULAR CON ELLA RECLAMANDO LA LIBERTAD DE LOS ASESINOS?
    SI NO RENIEGA DE SU LUCHA SETENTISTA, QUE FUE QUE LE HIZO CLICK EN LA CABEZA,PARA SEMEJANTE TRAICIÓN, PARA OLVIDAR LA LUCHA Y LA MUERTE DE LOS COMPAÑEROS DESAPARECIDOS Y SOBREVIVIENTES, Y PONERSE AL LADO DE LO MAS SINIESTRO DE LA HISTORIA ARGENTINA.
    AL MENOS HAY QUE RECONOCER QUE EL TIPO TIENE CLARO QUE VA A PERDER MUCHAS COSAS CON ESTA POSTURA , PERO SIENTO QUE POR OTRO LADO NO ESTA PERDIENDO TANTO, ESTA RECIBIENDO, QUE?, NO SE,
    PERO LE BASTA PARA SALIR PÚBLICAMENTE A MOSTRARSE CON TAMAÑA DESVERGUENZA ,INPUNEMENTE...
    NADA HA DE CONSEGUIR, Y CUANDO YA NO LES SIRVA A SUS FINES, PANDO Y CIA LE DARAN UNA PATADA EN EL CULO, Y AHI SI , SENTIRÁ QUE ESTA SOLO EN ESTE MUNDO.

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  4. Aunque parezca mentira, conocí varios compañeros que sostenían que fue una guerra, y que la perdimos; y que no aceptaban ser colocados en el lugar de víctimas del terrorismo de estado.
    Algunos de ellos, fueron funcionarios del menemismo. Creo que este tipo de compañeros núnca perteneció a la organización por los objetivos políticos de luchar por la liberación, en alguna parte de su existencia está la frustración de no ejercer el poder o ser milicos. El caso Nicoletti es ejemplificador.

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  5. Este sorete es un quebrado por el terrorismo de estado. No merece más comentarios.

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